Qué está pasando dentro y fuera de las negociaciones en la COP30, cuál es el rol de América Latina y qué sucede con Argentina. En un nuevo episodio de Hilo Verde, el último de la temporada, analizamos, conversamos con Mariano Villares, cofundador de Sustentabilidad Sin Fronteras, y Macarena Mavroski, coordinadora de programas de Basura Cero en Ciudades para GAIA, desde Brasil.
Por primera vez, la COP se realiza en plena Amazonia. Y ese dato no es menor: la selva más importante del planeta, hoy bajo presión por el avance petrolero y la deforestación, se convierte en el escenario simbólico y político de una cumbre que vuelve a poner sobre la mesa una pregunta urgente: ¿qué camino elegimos como humanidad?
La Amazonia fue, por estas semanas, el centro de la política climática internacional. Entre el 8 y el 21 de noviembre, Belém recibió a delegaciones de 198 países en la COP30, una cumbre marcada por la urgencia, las tensiones diplomáticas y la necesidad de empezar a cumplir lo que se promete año tras año.
La COP de la implementación
Una palabra se repite en Belém: transición. No sólo energética, sino política. Es una COP en la que los acuerdos ya no alcanzan. Lo explicó con claridad Macarena Mavroski, integrante de GAIA, que está participando desde el lugar de los hechos:
“En el fondo lo importante es empezar a dejar de hacer tantos acuerdos, sino que pasar a implementar soluciones”.
La demanda es concreta: dejar atrás declaraciones vacías y avanzar en políticas reales sobre emisiones, adaptación, protección de territorios y financiamiento climático.
Argentina: ¿qué lugar ocupa en Belém?
Mientras la región intenta fortalecer su voz colectiva, Argentina atraviesa su propia crisis ambiental y política. Cuando la mayoría de los países discute cómo financiar la transición energética y cómo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, Argentina aparece desordenada, sin rumbo claro y con señales contradictorias.
Por un lado, en los días previos a la cumbre, el presidente Javier Milei, quien no asistió a la COP30, volvió a cuestionar la Ley de Glaciares, una norma clave para proteger reservas de agua dulce que ya están retrocediendo a un ritmo acelerado.
Por otro lado, la participación de la delegación argentina en las mesas de negociación fue muy cuestionada. En diálogo con Hilo Verde, Mariano Villares, de Sustentabilidad Sin Fronteras, describió que la misma está entorpeciendo las negociaciones:
“Otras organizaciones, como la FARN, nos comentaban que desde Cancillería están teniendo una postura de obstaculizar las negociaciones, de oponerse a toda la temática vinculada a género y a darle mayores derechos a los pueblos originarios. Con lo cual también nuestro papel está siendo muy triste, vinculado también a los derechos humanos”.
¿Qué deja la COP30?
No se esperaban grandes anuncios, pero sí definiciones importantes:
- Una hoja de ruta para el financiamiento climático.
- Nuevas metas de reducción de emisiones.
- Avances en justicia climática.
- Compromisos para proteger ecosistemas clave.
Belém deja en evidencia que los discursos ya no alcanzan. La crisis climática exige políticas concretas, y la región lo sabe. Lo que ocurra de acá en adelante dependerá de cuánto se transforme esta COP -la de la implementación- en una COP de resultados.






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