YPF y el dilema fósil: ¿qué pasa si Argentina deja el petróleo bajo tierra?

Tras el fallo de la Corte de EEUU sobre las acciones de YPF varias discusiones se ponen sobre la mesa: la estatización o privatización, el poder sobre los bienes naturales, el uso del agua, los subsidios a las petroleras y la posibilidad de dejar el petróleo bajo tierra. El debate sobre la transición energética es una deuda pendiente que tenemos como nación. Voces de expertos.



Si, lo sé. Mi pregunta es polémica y más en un momento de crisis energética como este. Pero ahora que tengo tu atención, tras el fallo de Estados Unidos sobre los activos de YPF, quiero preguntarte: Si pudieras, ¿dejarías el petróleo bajo tierra? 

Es que me gustaría aprovechar que YPF está en agenda para dejar el piloto automático, por un momento, y hacernos algunas preguntas sobre la energía en Argentina y el mundo.

Para responder esa pregunta, primero hay que comprender el escenario mundial:

– En los últimos 150 años de era industrial se generó una quema descontrolada de combustibles fósiles que produce altos gases de efecto invernadero, convirtiéndose en la principal causa del calentamiento global.

-A escala global, el 82% de la energía proviene del gas, petróleo y carbón. Tan sólo en 2021, se consumieron 95 millones de barriles diarios de recurso en el mundo. Un tercio de las cuales provienen de Estados Unidos, Arabia Saudita y Rusia.

-Los combustibles fósiles son recursos no renovables que nos da la tierra.

Dejar los combustibles fósiles

Según lo acordado en el Acuerdo de París, no hay margen para la expansión del petróleo y el gas. Los costos de la energía eólica y solar fueron disminuyendo, mientras que los costos de los combustibles fósiles van en aumento. 

A nivel internacional, existe la Beyond Oil and Gas Alliance (BOGA), una alianza de gobiernos que buscan facilitar la eliminación controlada de la producción de petróleo y gas en el mundo. Está dirigida por los gobiernos de Dinamarca y Costa Rica. Ya tiene 8 miembros principales (Francia, Suecia, Irlanda, entre otras), 3 asociadas (Portugal, Nueva Zelanda y California) y 3 países amigos (Italia, Finlandia y Luxemburgo).

En esa sintonía, en todo el planeta, desde el 2016, se cancelaron 148 proyectos de petróleo o gas. Esto fue gracias al activismo y protestas que fueron ejerciendo presión sobre los gobiernos. Es más, el 84% de las personas en el mundo está a favor de eliminar gradualmente la quema de gas, carbón y petróleo, según el Ipsos Global Advisor for the World Economic Forum (2022).

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El mundo del revés

Hasta acá, todo parecería ir hacia la disminución de la inversión en combustibles fósiles. Sin embargo, en ese mismo año, 2022, algo cambió. 

El conflicto entre Rusia y Ucrania generó una crisis energética global.  Europa, altamente dependiente del gas ruso, tuvo que reabrir plantas de carbón y aumentar importaciones de gas natural licuado (GNL) desde otros países.

Se dispararon los precios del petróleo y el gas, lo que hizo más rentable su extracción. Hubo un rebrote del consumo de fósiles a corto plazo, en nombre de la «seguridad energética».

Apoyo a los combustibles fósiles 

Muchos gobiernos subvencionaron los combustibles fósiles para frenar la inflación postpandémica y el alza de tarifas. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), los subsidios a los combustibles fósiles a nivel global alcanzaron un récord en 2022: más de 1 billón de dólares.

A esto se suma que cuando hay escaladas militares o amenazas de guerra regional, los precios del petróleo suben por temor a cortes de suministro. Sin dejar de lado que Medio Oriente sigue siendo una de las regiones más estratégicas para el suministro global de petróleo, especialmente por el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz (por donde pasa el 20% del crudo mundial).

¿YPF dónde queda en todo esto?

Argentina está en sintonía con el resto del mundo. Su matriz energética está constituida en un 84% por combustibles fósiles. Y la matriz energética renovable está constituida en un 14%. La tecnología de mayor participación es la eólica con el 73%, le sigue la solar con un 15%. Existen 57 parques eólicos en todo el país. La mayoría están en las provincias de Chubut y Buenos Aires.

Argentina posee Vaca Muerta, ubicada en las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza, que es la segunda reserva de gas y la cuarta reserva de petróleo en el mundo. YPF en Vaca Muerta controla una parte clave del yacimiento: tiene participación en alrededor del 40% de las áreas concesionadas. Algunas las explota directamente, otras en sociedad con petroleras privadas.

YPF hoy vuelve a estar en el ojo de la tormenta respecto a su estatización o privatización, tras el fallo en Nueva York, y se vuelve a abrir el debate.

¿YPF pública o privada?

Un informe reciente de la Fundación Fundar revela que 33 de las 51 empresas más importantes de energía del planeta son públicas o semipúblicas. Este dato es clave para comprender el debate sobre la posesión de nuestros bienes naturales. 

YPF fue la primera petrolera estatal integrada verticalmente en el mundo. En 1999, se privatiza al ser vendida a la española Repsol. En 2012, el 51% de las acciones de la empresa vuelven a manos del Estado. Según Fundar, a tres años de su reestatización, creció la producción 19% y aumentó 30% la productividad.

¿Eso implica que hay que seguir apostando por los combustibles fósiles? Esto implica que el rol del Estado es clave en la decisión sobre nuestros bienes naturales para que esos poderes no queden solo en mano de privados.

«El desafío y la gran pregunta es en donde invertimos. No hay transición energética posible sin una estatal como YPF que se la ponga al hombro. No es lo que está pasando, YPF está manteniendo la vieja lógica de acentúa Vaca Muerta, todo combustibles fósiles «, asegura el abogado ambientalista Enrique Viale, en el documental Transición Energética en Argentina, producido por Escritura Crónica.

«Los grandes descubrimientos petrolíferos los hizo YPF. El Estado tiene un rol que jugar. Y hay que ver en qué medida el sector privado se compromete. Lamentablemente, con el advenimiento del presidente Menem hubo una ola liberal a ultranza y privatista que eliminó gran parte de las empresas proveedoras de energía y el concepto de la necesidad de la planificación energética», explica Jorge Lapeña, ex secretario de Energía y presidente del Instituto Argentino de Energía, en el documental

Gobiernos extractivistas

Esto no quiere decir que previo a este debate o el fallo de la Corte de EEUU, todo fue color de rosa. El debate sobre la transición es una deuda pendiente que tenemos como Nación. 

La producción de crudo en Neuquén comenzó a planificarse en 2013, año en que se firmó el turbio acuerdo entre la estatal YPF con Chevron (EEUU), que implicó una inversión de 1240 millones de dólares y la perforación de 161 pozos. En la actualidad, además existen otros 35 proyectos más que hacen fracking, como BP (que posee el 50 % de Pan American Energy,) Total (segunda productora de gas), Wintershall, Shell, Equinor, ExxonMobil, CNOOC, Dow, Mercuria y Petronas, entre tantas otras. 

«Sabíamos que Chevron en otros países ha realizado mucha contaminación y de pasivos ambientales donde ellos operan es tremendo y no fue bienvenido acá, en nuestra casa», explica a Escritura Crónica Lorena Bravo, werken (vocera) de la comunidad Campo Maripe en Vaca Muerta.

-¿Y qué es lo que hicieron?

«Y bueno comenzaron a explotar el territorio. Porque no perforaban, sino que lo explotaban. Llegaron a haber hasta 15 equipos perforadores en lo que es la meseta detrás nuestro. Invadió el territorio prácticamente. Fue una lucha muy grande, intensa. Fueron prácticamente 8 años, se van a cumplir 8 años ahora en agosto desde que ingresa Chevron a los territorios. Y el agua y las napas comenzaron a contaminarse. Al realizar fracking sabemos que esa forma de extraer el gas no convencional es nociva porque le inyectan a los pozos muchos químicos contaminantes que es un veneno que termina en la fractura y eso filtra hacia las napas de agua naturales. Y nosotros por ende recibimos toda el agua hacia la zona de costa que es donde tenemos las viviendas. Y nosotros tomamos agua de pozo. Perforaciones de las cuales sabemos que no es de calidad. Están contaminadas».

Según los datos oficiales, los ríos de Neuquén (Río Colorado, el Neuquén y el Limay) tienen agua de sobra para abastecer a la industria de no convencionales. Lo dice el documento “Marco de la política ambiental provincial para el desarrollo energético sostenible en la provincia de Neuquén”. Pero las comunidades no dicen lo mismo. Denuncian las sequias que se dan en sus ecosistemas, la muerte de sus animales y de la vida en general. 

Sumado a que se han registrado en el área al menos 422 sismos de distinta intensidad y profundidad desde 2015, según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica y la Red Geocientífica de Chile.

La técnica de extracción de petróleo y gas es el fracking

Hablamos de agua y de sismos ya que la técnica de extracción de los combustibles fósiles es el fracking. «Fracturar implica generar un detonación en la roca y luego la inyección a gigantescas presiones de lodos que son una mezcla de agua, arenas silicias y más de 30 productos químicos «, explica Javier Grosso, geógrafo de la Universidad del Comahue en el documental Transición Energética en Argentina. 

¿Pero cuánta cantidad de agua se utiliza para el fracking?

«El agua y la arena se mezclan en un lodo. Los volúmenes son muy grandes. Un pozo puede llegar a consumir… hay pozos récord que han consumido hasta 120 millones de litros de agua. Pero los promedios se manejan entre 80 y 90 litros de agua», adhiere Javier Grosso.

120 millones de litros de agua equivalen a 30 piletas olímpicas. 

Es decir que el debate no es solo por el crudo, es por el agua. Y el rol del Estado debería ser un mediador entre los intereses de las corporaciones, de los pueblos. Peor sobre todo para la protección de los ecosistemas. En Argentina, existe el derecho a la consulta, desde 2001, al ratificarse el convenio 269 de la  OIT. Esto significa que tanto empresas como Estados deben realizar una consulta previa al avance de los proyectos extractivos. Aunque desde la comunidades denuncian que no se cumple.

«Bueno el impacto del fracking están a simple vista porque uno de ellos es la sequía.  El fracking utiliza millones de litros de agua diarios porque la vida de los yacimientos es más corta que el convencional, implica que se refracture de manera permanente y eso utiliza una gran cantidad de agua que escasea en la zona. Es indignante hacer una recorrida en la zona y ver que los puestos como los que estamos ahora no tienen el agua, pero pasa por al lado los maguerotes de agua, las anacondas que le dicen llevando litros de agua del río a las petroleras. Es el primer lugar de Latinoamérica donde se comenzó la técnica del fracking combinado con la metodología de extracción horizontal. Eso lo que implica, además de que han experimentado mucho las petroleras en la zona. Se ha incrementado el impacto que existía en 1970 de cuando llegan las petroleras aquí», asegura Lefxaru Nawel, abogado y miembro de la Confederación Mapuche de Neuquén, en el documental Transición.

Subsidios a petroleras

En otro orden de cosas, son sabidas las observaciones que se suelen hacer sobre los subsidios al consumo de energía de la población argentina. Sin embargo, no se suele hablar de los subsidios que reciben las petroleras. Hay un dato crucial que aporta la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) en su trabajo “Los subsidios a los combustibles fósiles” y se refiere a 2021, según datos del Presupuesto Abierto: los subsidios a los consumidores (demanda) fueron de 330 millones de dólares. Mientras que los subsidios a las corporaciones hidrocarburíferas (la oferta) fueron de 1.175 millones de dólares.

La necesidad de una deconstrucción petrolera 

«La verdad es que tenemos petróleo en nuestras venas. Eso es lo que corre en nuestras venas. La transición energética requiere de una deconstrucción nuestra», reflexiona Gabriel Blanco, ex director Nacional de Cambio Climático en el documental. 

Hay países como Francia, Dinamarca donde ya está prohibido el fracking. Y hace poco Ecuador le dijo no a la explotación petrolera en Amazonia.  

En algún momento hasta se habló de que la República Argentina pida una compensación internacional por dejar el yacimiento Vaca Muerta bajo tierra y el mar argentino en paz por los beneficios que eso le implicaría al planeta.

Es que hasta el día de hoy, hay un debate pendiente que como país nos debemos sobre transición energética. Es decir, alejarnos de los fósiles, aumentar las energías renovables, potenciar los sistemas de generación distribuida (que la Ley Bases sepultó), que las Universidades se involucren en temas claves como el litio, entro otros temas. Pero pareciera que en vez de ir hacia ese lado de la historia, vamos al contrario.

Ahora si, vuelvo a preguntarte ¿dejarías el petróleo bajo tierra? 

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