Charlas por zoom, vivos en Instagram y posteos informativos, son los nuevos métodos que se está utilizando Proyecto Preservate para seguir hablando de ESI. Esta iniciativa de un grupo de profesionales de la salud, que venía dando charlas en escuelas, ahora se reinventó en tiempos de pandemia para capacitar en Educación Sexual Integral en modo online.

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“Trabajamos por un goce de la sexualidad sin mitos ni tabúes”, es la carta de presentación de este proyecto que nació a raíz de la deficiencia en materia de educación sexual. Compuesto por estudiantes y graduadxs en Medicina, el objetivo es llevar la ESI a los lugares a los cuales nunca había llegado. 

“Crisis es oportunidad”, expresa, Luciana Caba, integrante del proyecto desde sus comienzos. Ella explica que, con el aislamiento obligatorio las charlas quedaron en suspenso y, por ende, el proyecto también. Pero luego decidieron implementar la modalidad virtual, lo cual les sirvió para crecer y consolidarse en el campo en el que se desarrollan. 

Preservate es una herramienta alternativa para informarse en temas de educación sexual con eje en la información oficial, la perspectiva de género y la integralidad. 

“Tiene que tener perspectiva de género, sino lo único que logras es exclusión y discriminación porque caes en algo binario. Eso es una construcción, por supuesto, pero las herramientas para construir ese tipo de ESI, están presentes”, explica Rocío Green, también integrante de Preservate. 

¿Cómo articularse de forma virtual? 

Todos los viernes hay una charla de Educación Sexual Integral por zoom, donde se habla de un tema específico. Hasta ahora se habló de: Métodos Anticonceptivos (MAC), Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), Interrupción Legal del Embarazo (ILE), entre otros temas. 

“Por la cantidad de gente que se anota, tuvimos que hacer dos charlas en simultáneo de 50 personas, aproximadamente, cada charla”,  revela Luciana. 

La información para preparar el tema es clave. Debe ser oficial y en lo posible, objetiva. “Nosotrxs brindamos la información desde todas las perspectivas y dejamos que quienes nos escuchan, armen sus teorías. No influenciamos, pero si les mostramos la realidad”, señala Rocío. 

El poder de la virtualidad

“A nivel externo, logramos eso: salir de los colegios de CABA y Provincia de Buenos Aires. Pero a nivel interno, también nos ayudó mucho este contexto: la ESI no es solo memorizarte una guía del Ministerio de Salud sino también es construir una crítica, tener perspectiva de género y todo eso requiere de un proceso personal que se logró gracias a este panorama”,  detalla Rocío. 

Ahora, aparecen muchas preguntas que cuando íbamos de forma presencial, no estaban. Sabemos que acá, pueden sacarse las duda porque nadie lxs conoce o pueden esconderse bajo un seudónimo. 

Pero la clave de esta nueva modalidad, son los lugares y el público al que lograron llegar. Antes, solo la comunidad educativa participaba de las charlas. Ahora, cualquier persona de cualquier edad puede ingresar y de cualquier parte del mundo. Incluso, tuvieron público de otras provincias y otros países como Nicaragua y Chile. 

La ESI como deuda corriente

La Ley de Educación Sexual Integral (26.510) se sancionó en 2006, su reglamentación es obligatoria pero no se cumple. En 2018, una encuesta realizada por MuMaLá en la Provincia de Buenos Aires, reveló que 1 de cada 3 estudiantes no recibe ESI, siendo esta un pilar para detectar, por ejemplo, abusos sexuales. Tal como reveló un estudio realizado por el Ministerio Público Tutelar de CABA, donde expresa que el 80% de les niñes/adolescentes pudieron comprender que fueron víctimas de violencia sexual gracias a esta ley.  

“La educación es un pilar fundamental para empezar a ejercer tus derechos. Mucha gente en las charlas desconocía cuales eran sus propios derechos y esto se debe a una falta de implementación de la ley y de la desinformació”, resalta Rocío. 

Si queres contactarte con Proyecto Preservate lo podés hacer a través de Instagram (@preservate_), Facebook (Preservate) o vía email ([email protected])