Los Juegos Olímpicos de Tokio están dando que hablar. Además del contexto diferente en el que se están llevando a cabo debido a la pandemia, serán recordados por sus protagonistas femeninas. Estos son 10 hitos de mujeres olímpicas que están haciendo historia.
1- Se retiró una leyenda
Oksana Chusovitina es la gimnasta con más participaciones olímpicas de la historia. Luego de tres décadas en la máxima competencia, el domingo 25 de julio puso punto final a su carrera tras competir en la especialidad de salto. La uzbeca de 46 años comenzó su camino en Barcelona 1992, mucho antes que nacieran la mayoría de sus competidoras en Tokio 2020. En aquella oportunidad logró la medalla de oro con el Equipo Unificado de la URRS.
Oksana se retiró luego de participar en 8 juegos olímpicos representando a tres países diferentes: URSS, Uzbequistán y Alemania. A pesar de no conseguir el puntaje necesario para avanzar en la competencia, el limitado público presente en el Centro de Gimnasia Ariake le brindó un espontáneo y sentido homenaje a una leyenda del deporte.
2- Primera medalla de oro de la historia para Filipinas
Después de obtener la medalla de plata en Río 2016, la halterofilista Hidilyn Díaz sabía que el oro en Tokio 2020 estaba a su alcance. La situación del coronavirus puso en jaque la planificación del entrenamiento, pero con mucha más creatividad que recursos logró llegar a la cita olímpica en el pico de su rendimiento. Varada en Malasia, lejos de sus afectos y con los gimnasios cerrados, Hidilyn siguió entrenando con bolsos llenos de pesas o bidones de agua colgando de un palo de bambú.
En la final de hasta 55kg, Díaz consiguió levantar 97kg en la modalidad arrancada y 127kg en envión, completando un total de 224kg para darle la primera medalla de oro de la historia a Filipinas.
3- La campeona que nadie vio
Anna Kiesenhofer es austríaca, doctora en matemática y aficionada del ciclismo. Llegó a Tokio siendo amateur, sin equipo y como una completa desconocida. Las holandesas, favoritas en el ciclismo de ruta, no percibieron su fuga al comienzo de la carrera de 137 kilómetros y la austríaca sostuvo el liderazgo hasta cruzar la meta luego de casi 4 horas de carrera. Fue tan grande la diferencia que sacó Anna, que cuando la actual campeona mundial Annemiek Van Vleuten llegó en segundo lugar, festejó pensando que había conseguido el oro.
4- Cambio de uniforme en contra de la sexualización
Hace unas pocas semanas fue tendencia en las redes sociales el caso de las jugadoras noruegas de beach handball, que se negaron a utilizar bikini en el campeonato europeo. La federación internacional de handball las multó económicamente por incumplir el reglamento y la discusión sobre la obligatoriedad de los uniformes se instaló en el ámbito deportivo. En este contexto, las gimnastas alemanas decidieron participar de la competencia por equipos en Tokio 2020 con un traje entero en lugar del tradicional maillot. Dicen que no solo se sienten más cómodas, sino también menos sexualizadas.
No es la primera vez que deportistas mujeres expresan su descontento con el uniforme reglamentario, pero la fuerza del feminismo actual parece ofrecer un escenario más favorable para hacer oír sus reclamos y lograr un cambio.
5- La importancia de la salud mental
La retirada de Simone Biles de Tokio 2020 fue de las noticias más importantes durante la primera semana de competencia. Con el fin del reinado de Usain Bolt y Michel Phelps, la gimnasta norteamericana se llevaba todos los flashes para ser la máxima estrella de estos Juegos Olímpicos. Sin embargo, tanta expectativa le significó una presión insostenible y tuvo que abandonar la competencia para no poner en riesgo su cuerpo.
Junto con la tenista japonesa Naomi Osaka, quien hace dos meses se retiró del abierto de Francia por el mismo motivo, están rompiendo el tabú de la salud mental en la alta competencia. Los bloqueos mentales en deportistas pasaron siempre, pero no había lugar para la discusión abierta. Si bien Biles y Osaka recibieron algunas críticas por estas decisiones, hay un consenso general sobre la gravedad del problema y necesidad de cambio en el deporte de élite.
6- Negra, pobre y campeona olímpica
La ausencia de Simone Biles abrió la puerta a que otras gimnastas puedan lucirse y Rebeca Andrade lo aprovechó a la perfección. Orgullosa de su origen humilde, la brasilera de 22 años completó la rutina de suelo al ritmo del funk, la música emblema de las favelas, y se llevó la medalla de plata en la competencia all-around individual.
Se acercó a la gimnasia artística gracias a un proyecto de la alcaldía de Guarulhos y rápidamente demostró su talento. A los 9 años se alejó de su familia para entrenar en la ciudad de Curitiba y en la adolescencia las medallas empezaron a llegar. Sin embargo, una sucesión de lesiones graves no la dejaron desplegar todo su potencial hasta los presentes juegos olímpicos.
Después de la medalla de plata en la competencia all-around, Rebeca pudo sacarse la espina y llevarse el oro en la competencia de salto. Es la primera vez en la historia que Brasil obtiene la medalla dorada en gimnasia artística.
7- Un podio adolescente
Para los juegos olímpicos de Tokio se agregaron cinco deportes nuevos: surf, escalada, karate, beisbol y skateboarding. En la competencia femenina de ésta última disciplina, todas las medallas fueron para chicas muy jóvenes. La japonesa Momiji Nishiya de 13 años se llevó la dorada. Rayssa Leal, de Brasil y también de 13 años, logró el segundo puesto, y otra japonesa, Funa Nakayama de 16 años, completó el podio olímpico más joven de la historia.
8- Conservadores al ataque de atleta feminista
San An es surcoreana, tiene 20 años y ganó tres medallas de oro en tiro al arco en Tokio 2020. Lo que en cualquier país sería motivo de orgullo nacional y reconocimientos, a San An se la critica por llevar el pelo corto y ser “muy feminista”. En Corea del Sur existe un fuerte movimiento antifeminista que ahora cargó los cartuchos contra una atleta en la gloria deportiva. El bullying en su cuenta de Instagram es constante, exigiéndole que devuelva las medallas y pida disculpas. En respuesta, miles de mujeres mostraron su apoyo a San difundiendo fotografías con pelo corto y hasta el presidente de Corea, Moon Jae-in, publicó un comunicado respaldando a la atleta.
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9- La lucha contra los haters en las redes
Delfina Pignatiello llegó a Tokio como una de las grandes promesas del deporte argentino. Después de conseguir medallas en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018 y en los Panamericanos de Lima 2019, las expectativas sobre la nadadora argentina eran altas. Sin embargo, sus tiempos en Tokio estuvieron lejos de sus marcas personales y quedó última en las series de 800 y 1500 metros libres. Era esperable que estando 8 meses sin poder entrenar normalmente por la cuarentena los resultados no sean los mejores, pero los haters en las redes sociales no se hicieron esperar y la atacaron cruelmente. La nadadora argentina decidió borrar gran parte del material que tenía público y restringir el uso de sus cuentas para cuidar su salud mental.
Fernanda Russo, tiradora argentina y de la misma edad que Delfina, también fue víctima de bullying por no cumplir con las expectativas del público y compartió un video llamando a la reflexión sobre estos ataques.
Más allá de los récords mundiales, las medallas y batallas épicas, los Juegos Olímpicos de Tokio marcarán un antes y un después en la manera que atletas de alta competencia encaran, hablan y enfrentan las dificultades en la salud mental.
10- Récord mundial y primera mujer en ganar un oro para Venezuela
La intensidad del atletismo en los juegos olímpicos es tan alta que a veces no alcanzan los ojos para prestar atención a todo lo que ocurre en la pista y la noche del domingo no fue la excepción. La venezolana Yulimar Rojas, en su primer intento de salto triple, logró batir el récord olímpico y posicionarse como la principal candidata a la medalla de oro. Pero eso no era todo. En el último intento y con la certeza de tener el primer puesto en el bolsillo, saltó 15,67 metros para batir el récord mundial vigente desde 1995 y ser la primera mujer venezolana de la historia en ganar una medalla de oro.
La felicidad de Yulimar se contagió a todo el estadio y a través de las transmisiones televisivas. Rápidamente su espectacular salto fue tendencia en twitter y los amantes de las estadísticas salieron a relucir la magnitud del logro.