Amalia Celia Figueredo, la primera aviadora argentina

El 8 de octubre de 1985 falleció la primera aviadora del país. A 37 años de su muerte, repasamos la historia de la pionera de la aviación en el país. La mujer que, a los 19 años, marcó la historia de la aviación sudamericana.


Amalia Figueredo nació en Rosario, provincia de Santa Fe, pero vivió casi desde su infancia en Buenos Aires. Estudió obstetricia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y música en el instituto de los hermanos Conrado y León Fontova. Pero su vida no rondaría ni en un hospital ni en un conservatorio. La aviación se transformaría en su gran amor.

La devoción por los aviones se despertó tras mudarse a las cercanías del Aeródromo de Villa Lugano, primero del país y cuna de la aviación argentina, inaugurado el 23 de marzo de 1910 en vísperas del Centenario de la República. Allí, Amalia inició su instrucción y conoció al aviador y constructor de aeroplanos francés, Paul Castaibert, y al ingeniero, Jorge Newbery.

Pero en ese lugar, algo no la convencía a la santafecina: la mayor parte de la instrucción se hacía en tierra. Y ella quería volar. Por ese motivo, resolvió inscribirse en la Escuela de Aviación, en San Fernando, en mayo de 1914, cuando ya había cumplido los 19 años. Allí, casi toda la enseñanza se hacía en el aire.

Amalia Figueredo

Volar, su gran pasión

En la nueva escuela, su instructor fue el piloto francés, Marcel Paillete. Sin embargo, no fue por mucho tiempo, el estallido de la Primera Guerra Mundial lo alejó de Buenos Aires y le exigió sumarse a las filas de la Fuerza Aérea francesa. A cargo de las clases quedó su alumno, el uruguayo Ricardo Detomasi, 23 años, oriundo de Mercedes.

Mientras recibía lecciones en la Escuela de Aviación de San Fernando, se hizo construir un avión a su medida y seguía sumando horas de vuelo. El 1 de octubre de 1914, en San Fernando, subió al biplano Farmanante la atenta mirada de los dos examinadores del Aero Club Argentino y comenzó una evaluación.

Aviadora reconocida

Tras realizar la prueba, fue felicitada. Ese día, Amalia Celia Figueredo se convirtió en la primera aviadora argentina que obtuvo el brevet (licencia) de piloto. No solo de Argentina sino de Sudamérica. Hasta esa fecha, entre 1909 y 1913, en Europa y América del Norte habían volado 23 aviadoras y 16 pilotos de globos aerostáticos. Recién el 8 de marzo de 1910 una mujer voló sola en avión obteniendo su brevet (licencia), la francesa Raymonde de Laroche.

En 1916 se casó con Alejandro Pietra y con el correr de los años tuvo dos hijos. Después de su casamiento, Amalia no volvió a volar. Trabajó en el Registro Civil de Belgrano por 30 años, hasta su jubilación. Murió en la Capital Federal el 8 de octubre de 1985, a los 90 años. Está sepultada en el Panteón Militar del Cementerio de la Chacarita.


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