Por una escasa diferencia, con el el 49.9% de los votos en el referéndum de Uruguay ganó el NO, mientras el 48,8% votó por el SI. Eso quiere decir que no se derogarán 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, promovida por el actual gobierno del presidente Luis Lacalle Pou, que implica ajustes de precios, retrocesos en materia sociales y criminalización de la protesta, entre otras medidas.
8 AM del día siguiente al referéndum. El barrio ya está sumergido en la rutina. En la ventana del vecino, el cartel rosado y blanco (del SI) ya no está. En las rejas de la plaza de la esquina, queda una pancarta porfiada que se niega a desaparecer: “Votá Si”, dice. El rosa se ve desde los autos que pasan y ahora toma otro significado, tras el triunfo del NO (celeste) en el referéndum que buscaba derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración, promovida por el actual gobierno del presidente Luis Lacalle Pou.
Esos carteles rosas son ahora el eco de una mitad que el día anterior dijo, a pesar de no lograr su objetivo, que los grandes temas del país necesitan de diálogo, consenso y que ante el recorte de derechos, habrá resistencia.
En el referéndum de Uruguay ganó el NO
Tras una jornada en la que uruguayos y uruguayas se volcaron a las urnas para hacer uso de una herramienta que hace honor a la tradición democrática uruguaya, por una escasa diferencia -según el escrutinio primario de la Corte Electoral- el 49.9% votó por el No, 48,8% votó por el Sí y 1,3% votó en blanco a la derogación de los artículos impulsados por el Gobierno.
De esta forma, el gobierno logró mantener vigentes los 135 artículos de la denominada Ley de Urgente Consideración (LUC), impulsada por el presidente Luis Lacalle Pou y la coalición de gobierno (conformada por varios partidos políticos de derecha) y que constituye el corazón de las reformas planteadas por el Poder Ejecutivo.
¿De qué trata la reforma?
Esta normativa, también conocida como “ley ómnibus” y que en su totalidad cuenta con 476 artículos, modifica decenas de artículos de otras leyes en temas centrales para el país, como:
- Ajustar los precios del combustible.
- Modificaciones en la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad y el proceso penal uruguayo.
- Aumentar el punitivismo.
- Generar las bases para un Estado policial.
- Promover el marco para la desmonopolización de algunos servicios estatales como Internet, telefonía, electricidad o hidrocarburos -determinando un nuevo rumbo de las empresas públicas en el país lejos de su rol social-.
- Criminalizar la protesta y es campo fértil para que se susciten casos de abuso policial.
800 mil firmas en tiempo récord
La amplia cantidad de temas que abarca, la falta de diálogo para la construcción de políticas de Estado, el contenido y su aprobación con carácter de urgencia, sin tiempo para debatir a profundidad y en medio de las restricciones de la pandemia del Covid-19, llevó a que organizaciones sociales, sindicatos y Frente Amplio, reunieran unas 800 mil firmas -un récord en la historia del país-, para tratar de impugnar la ley en las urnas.
El resultado final del referéndum implica, por un lado, una lectura muy sencilla que es la ratificación de la Ley. Pero la lectura política es la que, tanto gobierno como impulsores de la consulta popular, deberán hacer en un escenario de polarización claro.
Desde el gobierno, se esperaba un margen más amplio, sobre todo teniendo en cuenta los índices de popularidad del Presidente y las encuestas previas. Este escenario deja poco margen a una coalición que deberá cuidar cada paso que dé ya que puede constituir una derrota en las próximas elecciones nacionales a realizarse en 2024.
El rol que ahora tiene el SI
En tanto, para quienes impulsaron el SI, la lectura es positiva ya que una adhesión del entorno del 45% era considerada buena, aunque los resultados muestran claramente que en el interior del país, tanto organizaciones sociales como Frente Amplio, tienen tarea por delante. No obstante, el referéndum logró unir a sindicatos, federaciones y al campo popular con un fin común, algo que hace tiempo no sucedía.
Todo esto en un contexto de pandemia, que complejiza el acercamiento a la población, con el aparato estatal a favor del No -incluyendo al Presidente de la República, que cerró la campaña por el No con una conferencia de prensa, hecho que generó polémica- y con un sesgo desde los medios de comunicación que, en el caso de informativos de televisión, dedicaron casi el doble de minutos a la campaña a favor de la LUC que a la campaña por la derogación, de acuerdo a un estudio del Observatorio de Medios de la Universidad de la República. El desafío será sostener en el tiempo el espíritu que generó esta instancia.
Lo cierto es que, más allá de análisis políticos, cuando las batallas se daban por perdidas, miles de personas de cada rincón del Uruguay salieron puerta a puerta, camino a camino, a conversar con sus vecinos y vecinas. Muchos se sumaron al SÍ, otros no, pero reconocernos en la otredad, dialogar y escuchar es lo que debemos rescatar.
En Rayuela, Cortázar decía: «Me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado«. Una sociedad igualitaria y justa, tampoco se podrá construir así.
Los días siguientes nos necesita a todos y todas