Los basurales en las islas suelen estar lejos de los hoteles lujosos, pero cercanos a las poblaciones empobrecidas ¿Sabías que la gestión de la basura en islas es un problema agravado por el turismo? ¿Y que por eso muchas veces los basurales colapsan y se terminan tirando los residuos a los océanos? ¿Tiene una salida este tema? Conocé en esta nota qué sucede en Colombia, España y Filipinas en la búsqueda de políticas de Basura Cero en islas.
Sabemos que la gestión de los residuos es un dilema a nivel mundial. Hasta los países con la mayor extensión de terreno tienen problemas al localizar y tratar sus residuos. Sin contar aquellos con muchísimos habitantes y hábitos de consumo y producción para nada sustentables, ni cuidadosos con el ambiente.
Imaginemos entonces qué sucede en las islas. ¿Alguna vez te pusiste a pensar dónde va la basura que se genera en ellas? Un problema común de las regiones insulares es que no poseen la extensión de territorio suficiente como para colocar mega infraestructuras para tratamiento de residuos. Sumemos a eso el turismo masivo y el consumo de productos importados por falta de producción local.
Residuos de turistas y al mar
En algunos casos, la mayoría de los residuos que ingresan a la isla ni siquiera es responsabilidad de sus habitantes, sino por los turistas que las visitan. Y por eso, en algunos casos, los lugares donde se depositan los residuos – generalmente basurales a cielo abierto- colapsan. Y como si ese panorama, no fuera poco en algunas islas tienen como política arrojar los residuos al mar. Ni hablar del daño ambiental que eso provoca, como así también el daño a las poblaciones aledañas, que lejos viven de los lujos hoteleros, donde toda esta problemática está escondida a los ojos del turista.
¿Cómo lograr la basura cero en islas?
Sin embargo, sí hay casos de islas que lograron trabajar en conjunto gobierno y comunidades locales para lograr una política de basura cero. Otras, que implementan alternativas de reemplazo a productos de plástico y poco amigables con el ambiente y certifican a emprendedores locales como productores plastic free. Conocé en esta nota algunos casos particulares para ejemplificar lo que sucede en estos territorios.
Gestión de basura en islas ¿ la incineración?
Existe hoy en día una tendencia creciente a promover la incineración como la mejor manera de tratar los residuos. Estudios de GAIA (Global Alliance for Incinarator Alternatives) han demostrado que se trata de una falsa solución. Esto es porque, entre otras causas, los incineradores emiten gases de efecto invernadero, principales contribuyentes al cambio climático.
En el marco de encontrar soluciones y alternativas sustentables y honestas con el ambiente, GAIA realizó un encuentro virtual con representantes de diferentes islas del mundo. En ese encuentro, expusieron sus experiencias en la implementación de políticas de Basura Cero en sus territorios Felipe Torres de Colombia, Tupac Rangel de Islas Baleares y Raphaelo Villavicencio de Filipinas.
1. Isla de San Andrés, Colombia
San Andrés es una isla colombiana localizada en el mar Caribe. Es conocida por sus playas de arena blanca y aguas turquesas, con una oferta hotelera de lujo. Tiene una extensión de 26 km2 y su principal actividad económica es el turismo.
El caso de San Andrés es quizá el más controversial de los que vamos a analizar en esta nota. En un estudio de GAIA, publicado el año pasado, se dice que la isla lleva años desbordando basura y con un incinerador que hace 10 que no funciona. Corrección: que ni siquiera fue estrenado.
Debido al turismo masivo, la sobrepoblación, y que la mayoría del consumo de las islas son productos importados (por eso hay altos índices de consumo de plástico y envases de un solo uso), en la isla se generan 80 toneladas de basura al día y 25.000 toneladas al año. Esta cifr es muy alta para ser una isla con tan poca población.
Entonces, ¿dónde va toda la basura en San Andrés? Toda la basura de la isla va al vertedero que, paradójicamente, se llama “Magic Garden” (jardín mágico en inglés). Por más de 35 años el lugar fue el sitio de disposición final de los residuos sólidos de San Andrés. Está ubicado en el costado opuesto de la zona hotelera y comercial de la isla con una extensión aproximada de 7 hectáreas.
En los años 80, el sitio era un basural a cielo abierto con quema de residuos. Esto sirvió provisoriamente para reemplazar la costumbre de la isla de arrojar los residuos al mar. Al llegar los años 90 se convirtió en un relleno sanitario. Pero aún así tuvo graves problemas de manejo de residuos, que tuvieron como consecuencia derrame de lixiviados, incendios, desbordes de basura, etc.
Basura lejos de hoteles lujosos
En la actualidad, la isla se intenta abastecer entre ese relleno sanitario y un incinerador que no funciona. Felipe Torres, es investigador del caso y doctor en Ciencias Ambientales. Es miembro de Break Free from Plastic y del núcleo de la investigación de organizaciones, sociedades y sostenibilidad de la Universidad de San Pablo. Cuenta que Magic Garden es un riesgo para las poblaciones aledañas y para el ambiente.
Denuncia que el vertedero, al colocarlo lejos de los lujosos hoteles y del aeropuerto, afecta principalmente a las poblaciones de bajos recursos que viven en las zonas cercanas. “Se ven afectadas por todo lo que trae, incluyendo vectores como ratas y otros animales fuentes enfermedades: entonces es una emergencia socio-ambiental”, expresa en el marco del seminario de Basura Cero en Islas dictado por GAIA.
El jardín que de mágico no tiene nada
Felipe explica que como respuesta a esta crisis de los residuos en la isla, en los años 2000 nace la propuesta de un incinerador. En 2010 se comenzó su construcción y dos años después se terminó su instalación, pero desde entonces incumplió con su funcionamiento. Después de varias multas y juicios, en 2017 se le otorgaron 6 meses de plazo para comenzar la operación. En 2021, el presidente de Colombia inauguró dos plantas de tratamiento de residuos en la isla: el incinerador y la planta adjunta de Combustibles Derivados de Residuos, prometiendo que era un avance tecnológico. Pero aún en el 2022, nada de esto funciona.
“Pero, ¿Por qué no funciona? No funciona la “solución mágica” porque para quemar la basura se está necesitando un tratamiento previo, incluyendo la reducción de tamaño de los residuos, hasta máximo 5 cm, tratar la humedad máxima de la mezcla hasta el 20%”, explica Felipe Torres. “Lo que ellos estaban intentando era recoger todos los residuos de la isla tal cual como llegaban y colocarlos en el incinerador, pero eso no funcionaba porque los residuos tenían que ser triturados para alcanzar el tamaño máximo, secados para reducir su humedad y clasificados para retirar los materiales que no sirven, como vidrios y materiales ferrosos”.
Soluciones posibles
Felipe explica que dada la situación en la isla, las únicas soluciones reales y posibles son la prevención de la generación de los residuos y sistemas de reutilización. La separación en origen es necesaria hasta para introducir los residuos en el incinerador incinerador y potenciar los sistemas de compostaje para tratar residuos orgánicos.
“Aún hoy en dia en 2022 las plantas no funcionan, la crisis continua y estos contratos no son baratos: el proyecto de la planta de Residuos Sólidos Urbanos costó más de 12 millones de dólares, de la planta Combustible Derivado de Residuos son más de 3 millones de dólares, sin tener en cuenta el costo socioambiental que sufre tanto la población como el territorio”, concluye Felipe.
2. Islas Baleares, España
Las islas Baleares son un archipiélago que esta frente a Cataluña en España. Está integrada por cuatro islas: Mallorca, siendo esta la más grande, Menorca, Ibiza y Formentera y su total de territorio es de 4992 km² . Su mayor actividad económica es el turismo.
El caso de las islas baleares en España es más alentador que el caso de San Andrés. Existen hoy en día medidas implementadas para lograr políticas de Basura Cero en ellas. Tupac Rangel es coordinadora del programa de reducción de contaminación por plásticos de la fundación Save the Med y actualmente es coordinadora del desarrollo de la Fundación Plastic Free Balearics, trabajando en la guía de reemplazos de plásticos de un solo uso de la fundación y certificación a empresas.
En su experiencia trabajando en las islas, cuenta que, como es un factor común con la mayoría de las islas, el turismo conlleva la mayoría de la contaminación. Los turistas se van, pero la basura que desechan permanece en las islas.
“Desde el programa hicimos una investigación muy ambiciosa sobre el sistema de gestión de los residuos de Baleares, en qué sectores y en qué momentos del año se incrementaba la basura”, explica. La conclusión a la que llegaron es que la basura tenía un incremento estacional en los meses de verano, que se multiplicaba por cinco con respecto al resto del año.
También notaron que la caracterización de esa basura cambiaba. Se incrementaba el uso de plásticos de un solo uso, sobre todo en los municipios de la costa. Lo que más se consume son empaques monodosis, por ejemplo de shampoo de hoteles, latas, envases para llevar, botellas de agua, y productos que nos dejó como legado la pandemia del covid19: material sanitario descartable, guantes, barbijos, etc.
Llevar los plásticos a cero
Tupac cuenta que desde la fundación escogieron a 45 empresas de las islas, les realizaron un diagnostico y ofrecieron alternativas a los plásticos de un solo uso que utilizaban. Entre ellas se encontraban hoteles, cafeterías y pequeñas y grandes empresas. De ese relevamiento, crearon una base de datos de 15.000 productos de plástico de un solo uso. Todos están organizados por su tamaño, el uso que se le da, al material del que están hechos, etc.
Este proceso duró un año y medio y de allí nació un índice de alternativas honestas a los plásticos de un solo uso. “Uno de los objetivos de este índice era medir el impacto que generaban los productos de un solo uso usado por esas empresas y compararlo numéricamente con las alternativas que nosotros les proponíamos para mejorar su comportamiento”, explica Tupac.
Entre las alternativas honestas que se ofrecieron desde el programa, algunos puntos que enumera Tupac son:
– Hacerse una pregunta de primero si ese producto es necesario o no para poder prevenirlo.
– Reemplazar con productos reutilizables o packaging reutilizable, con materiales compatibles con la naturaleza, como el papel, la madera, plásticos biodegradables y reemplazar con materiales que son efectivamente reciclables, como el vidrio, papel o metal
– Reciclar todo aquello que no pudo ser removido o reemplazado “Lo principal es siempre escoger productos a granel y de proximidad”, concluye.
Una App para certificaciones Plastic Free
En las islas Baleares hay una ley de residuos de suelos contaminados, que según Tupac, es una ley “muy avanzada, muy valiente una ley y que fue pionera, incluso se adelanta a la normativa europea sobre plásticos”. La ley tiene unos criterios que establecen que productos se van a prohibir o se van a regular en su uso y desde la fundación auditan que esa ley se esté cumpliendo o ver si se está vulnerando.
Es por eso que nace desde la fundación Save the Med, en alianza con otras fundaciones, nace el sello “Plastic Free Balearic”, con el objetivo de diagnosticar el uso de plásticos de un solo uso, ofrecer soporte y garantizar un comportamiento plastic free en las empresas eliminando plásticos del sector del turismo, dándole las herramientas para instalar e implementar soluciones alternativas.
Cuentan con una app llamada PLASTIC FREE en la que las empresas se registran y pueden realizar un autodiagnósitco sobre 23 categorías de producto que son aquellas que son las más contaminantes. Luego, les informa que puntuación han obtenido y un informe que se descarga les dice el problema y las alternativas de sustitución. Luego se hace una verificación, donde pueden subir la alternativa que han elegido a implementar y se les emite una certificación.
“Basicamente la certificación nos ayuda a tener datos de cómo es el comportamiento de las empresas, si están cumpliendo la ley y que están haciendo para prevenir la generación de residuos”, explaya Tupac. Y agrega “este certificado ayuda a tener indicadores de producción, impacto de la reducción y además nos ayuda a seguir mejorando en la performance”. La puntuación va de una a cinco estrellas y tiene la posibilidad de mejorar cada vez.
Consutlá acá la guía GUÍA DE ALTERNATIVAS HONESTAS A LOS PLÁSTICOS DE UN SOLO USO PARA EMPRESAS HORECA: CÓMO PONER FIN A LAS FALSAS ALTERNATIVAS Y REDUCIR EL IMPACTO AMBIENTAL DEL SECTOR
3. Siquijor, Filipinas: la isla que casi logra tener basura cero
Siquijor es la tercera isla mas péqueña en filipnas, tanto de población como de superficie. Pero es un territorio muy comprometido con la preservación de su ecosistema insular a través de programas de basura cero en islas. Como factor común a las demás islas, su principal actividad es el turismo, antes de la pandemia era una de las islas más visitadas debido a sus playas.
Lo que destaca a esta isla comparada con los casos anteriores, es que es uno de los casos donde la comunidad local adoptó políticas de basura cero, dando como resultado que el 50% de los residuos son biodegradables u orgánicos y el 22 % son reciclables. Esto quiere decir que casi el 80% de los residuos son manejables.
Pero también aun en día existen residuos que son de plásticos y materiales conflictivos que tienen un residual que no pueden tratarse localmente. ¿Lo más curioso? Los residuos que no pueden tratarse no salen de la comunidad, principalmente se incluyen en la isla mediante el turismo.
El papel de las comunidades locales
Raphaelo Villavicencio es director de programas de fundación Mother Earth Foundation. Estudió licenciatura en Sociologia en la Universidad de Santo Tomás, en Manila y tiene formación en Emprendimiento Social en Berlín. En 2019 completó sus estudios de posgrado en Economía Circular y Gestión de residuos en Alemania, lleva una década en campañas ambientales y empoderamiento comunitario.
Él explica que la fundación ya tenía un programa para basura cero en megaciudades. Pero que comenzaron a notar que era necesario expandir este programa hacia las islas más remotas del continente.
“Tenemos mas de 7000 islas aqui en Filipinas. Algunas islas son muy habitadas, pero muchas de ellas tienen poca población”, explaya Rapahelo. “Esto las convierte en una de las últimas prioridades de los gobiernos nacionales, pero no significa que no contribuyan con la temática del plástico. Por eso es que decidimos ampliar nuestro programa Zero Wastes Cities y crear el programa Zero Waste Islands”.
La participación comunitaria al momento de alcanzar políticas de basura cero es fundamental. Pero si bien la isla es un modelo sobre las políticas de basura cero, y están muy bien logradas por la comunidad local, él recalca que es necesario articular los diferentes sectores que aparecen en la escena para lograr el objetivo.
“La isla tiene un gran problema: al venir tanta gente de visita, mucha basura se descarta en la isla. Y el desafío que tenemos con esto es que, por supuesto, al ser una isla la infraestructura ya es un desafío de por sí, el espacio disponible, el utilizar los recursos de energía conscientemente, recolectar esos residuos es también un problema”, explica Raphaelo.
Algunos datos de la fundación Mother Earth Foundation, una ONG que pretende transformar Filipinas en un país más sostenible, respetuoso con el clima y basura cero- y la que Raphaelo pertence-, en la isla se descartan 0.23 kg por dia de basura por persona. Además, hay 114 ecopuntos o lugares con facilidades para la recuperación de residuos y 187 recuperadores y recuperadoras trabajando con los residuos.
Un caso extra… las mujeres recicladoras en Nicaragua
La Isla de Ometepe, en Nicaragua, es una isla donde los únicos esfuerzos para el tratamiento de los residuos fueron en base al reciclado. Estos trabajos han sido desarrollados exclusivamente por recicladoes y recicladoras de esa isla. Ometepe siginifica en lengua indígena “cerros gemelos” y es conocida originalmente como una tierra prometida y oasis de paz. La mayor actividad económica es el turismo: la isla recibe 60 mil turistas al año aprox.
Sin embargo, los recicladores y las recicladoras ha tenido enorme dificultad para desarrollar su trabajo. En un video de testimonios de recicladoras producido por jóvenes ambientalistas de Nicaragua, ellas denuncian los maltratos por los que tuvieron que pasar para poder realizar su trabajo.
El difícil trabajo de las recicladoras
Rosa Isabel Soza es la presidenta de la cooperativa Coro RL. Ella habla del potencial del trabajo que existe para ir avanzando en soluciones en manos de recicladores y recicladoras. Desea que se pueda reconocer el trabajo que realizan, tener un pago por servicio para que su trabajo tenga una estabilidad y sea remunerado adecuadamente, y la importancia de reconocer ese valor para avanzar en soluciones.
“En la que cooperativa me he sentido muy contenta. He intentado sacar a mis mujeres adelante, mujeres y hombres, porque yo lucho no solo por mi misma, sino por mi gente que tengo trabajando, yo lo que quiero es que mi gente no se sienta decepcionada de mi y tengan amor y ganas de seguir trabajando”, testifica Rosa en el video.
Las recicladoras de la cooperativa denuncian que la alcaldía en el 2020 no las autorizó a utilizar “el galerón”, un lugar donde colocar los residuos para poder tratarlos. Por lo que ellas tuvieron que depositar los residuos en otro lugar donde les quemaron sus materiales y las acusaron de querer sacarle dinero a la alcaldía. Además, las desvalorizaron diciendo que nunca iban a recibir el reconocimiento como cooperativa y que no iban a darle nada de recursos económicos ni de infraestructura.
“Yo les pido a todas aquellas mujeres que son recicladoras igual que nosotras que ellas sigan adelante, que luchen, que a pesar de todo lo que sobrevenga en adelante no echen pies atrás, que salgan adelante para sacar a su familia adelante, que no nos echemos atrás”, concluye Rosa.