La historia oculta del Museo de La Plata

La historia oculta del Museo de La Plata. Su fundador fue Perito Moreno, quien no fue el prócer respetado que nos cuentan los manuales de historia. El vivía en la planta alta, pero en los sótanos, tenía de prisioneros a miembros de comunidades tehuelches y mapuches, que morían por causas dudosas. Sus cuerpos luego eran expuestos en las vitrinas. Una lucha de años que logró la restitución de algunos de los cuerpos a sus comunidades de origen. El caso de Damiana y del lonko Inakayal.


Un espiral. Cierro los ojos e imagino un espiral. Ese símbolo que representa el cambio constante, la transformación y el desarrollo por el que pasa el universo y por ende, nosotros, los seres humanos que vivimos en él.

Pero cuándo fue el comienzo de todo. Cómo fue el primer ser vivo que dio origen a la vida en este planeta. Una respuesta tan filosófica, tan amplia y a la vez tan simple. Si conociéramos nuestro origen quizás todo seria más sencillo no… Quizás no estaríamos tan automatizados, tan superfluos. 

Tan desconectadxs de  la naturaleza, de nuestras raíces, de nuestra propia historia.

Ahora bien, ¿es posible que toda la historia universal quepa en un solo lugar?

Lo que voy a contar a continuación no me lo enseñaron ni en las escuela, ni en la facultad. Lo descubrí hace algunos años, casi por casualidad, y aun sigo sin poder creer que esta historia no sea tan conocida.

Un espiral.  Este relato comienza con un espiral en el Museo de La Plata, uno de los primeros museos de Argentina, creado en 1884 y abierto al público en 1888.

La idea disparadora de este lugar fue representar la «evolución de la humanidad». El símbolo para esa representación fue un espiral. 

Subiendo las escalinatas, traspasando las columnas de estilo neoclásico, ingresamos a la sala principal del museo, un museo en forma oval, donde lo primero que vemos es el busto de su creador. Francisco Moreno.

El verdadero rostro de Francisco, Perito, Moreno

¿Quiénes son nuestros próceres? ¿Por qué idolatrar a alguien que apenas conocemos? ¿Pueden las paredes de este Museo tan impoluto esconder historias de sangre y odio? ¿Es que acaso el origen de la humanidad siempre estuvo marcado por esos colores?

La historia relatada en el museo comienza con un meteorito, llamado Kapper y que fue encontrado en lo que hoy es Chubut, por nada más ni nada menos que el fundador del museo, Francisco Moreno.

Moreno, idolatrado, pero tambien odiado. La mayoría de lo que hay en este museo (15.000 ejemplares de piezas óseas y objetos industriales​) fue propiedad de las expediciones de él por la Patagonia argentina. 

Desde su apertura, el Museo de La Plata estuvo organizado en cinco secciones: Antropología, Geología, Zoología, Paleontología y Botánica, a cargo de estudiosos extranjeros de distintas disciplinas científicas.

Siguiendo con el espiral evolutivo, hay historias de dinosaurios, animales, comunidades originarias para luego llegar al supuesto «hombre civilizado»

Y Moreno vendría a ser la muestra viva de «ese hombre civilizado». Él vivía en la planta alta y hasta aquí, la historia parece ir bien. Pero lo mas terrible fue lo que sucedió entre 1884, año que empieza a construirse el Museo y primeros años posteriores a su apertura en 1888.

Moreno vivía en la planta alta y tenía en el subsuelo prisioneros a un grupo de miembros de las comunidades Mapuche-Tehuelche de la Patagonia Argentina, que habían sido capturados en la Campaña del Desierto, promovida por Roca.

La historia oculta del Museo de La Plata

«El museo se funda sobre los cuerpos de los indígenas que sacaban de las tumbas, y el Perito Moreno es un representante de la Campaña del Desierto en el museo. Buscaba crear una mística sobre el héroe civil y así justificar el avance sobre las comunidades. Esta es la verdad sobre el Estado nación genocida. Imaginate que maten a tus familiares, los capturen y después los exhiban en un museo».

Quien habla es Miguel Pepe, antropólogo del Colectivo GUIAS, una organización autoconvocada de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata.

Hace siete años, encontré un anuncio del trabajo de ellos. Y les pedí recorrer el museo.  Mientras caminamos, ellos me van contando la historia no tan famosa de este Museo.

«Perito Moreno vivió en este lugar, vivía su familia. Estaba en la planta alta y a los prisioneros de guerra los exponen en las vitrinas, algunos los van a buscar a la Isla Martin García. Y hay un grupo que trae del sur vivo. Mueren acá y los exponen en las vitrinas. La historia es realmente tenebrosa. Matar, mutilar, tener presos y exhibirlos.

Por ejemplo, durante el día los hacia posar para hacer pinturas en la naturaleza que luego exhibía en el museo.

Sus muertes fueron dudosas, sus cuerpos fueron disecados, conservados y luego expuestos en una vitrina

Miguel Pepe, antropólogo del Colectivo GUIAS.

El caso del lonko Inakayal

Antonio Modesto Inakayal FUE uno de los lonkos más importantes del pueblo Mapuche-Tehuelche. Durante las décadas previas a la conquista, mantuvo relaciones amistosas con el gobierno argentino. Una vez desatada la “campaña al desierto” resistió hasta el final: fue uno de los últimos en entregarse.

Según relatan los antropólogos, este reconocido lonko fue tomado prisionero junto a su familia por soldados del general Roca en la «Campaña del Desierto» quienes lo trasladaron a la cárcel de la Isla García donde permaneció unos años. Luego de iniciada la construcción del Museo, Moreno los capturó, donde fueron esclavizados hasta el final de sus días. El objetivo de Moreno: “estudiar a las razas que se extinguen”. 

Al momento de la muerte del lonko, su mujer y su hija, sin conocer la causa aparente, corrieron el mismo destino: sus cuerpos fueron disecados, conservados y puestos en exposición.

¿Dónde decís que estaba su mujer? En los depósitos. Después de 8 años de lucha logramos dar con las pruebas del genocidio, sablazos, fusilados. Y luego restituirlos.

El caso de Damiana

El caso más sangriento fue el de Damiana, una niña de 12 ańos capturada en el Chaco paraguayo, quien fue obligada a trabajar de mucama, y una vez muerta, se le corta su cabeza que luego fue enviada a Alemania para estudiarla.

«Damiana, su cabeza había sido enviada a Alemania. En 2006 descubrimos que su cuerpo seguía acá. Había un estudioso alemán que hizo un registro de todo lo que había en el museo. En el catálogo estaba en la primera hoja. En 2006 empiezan a investigar, de quiénes son estos restos y a quién hay que dárselos. Damiana muere en 1907. La sacan del lado de la madre con los cuchillazos que la asesinaron, con 12 años. La cría Alejandro Korn, como mucama, cuando termina de estudiar su crecimiento y desarrollo, oh casualidad… Muere. Le cortan la cabeza y la mandan a Alemania. Logramos que restituyan a Damiana, que traigan la cabeza, armamos este rompecabezas del horror, y fue restituida a su comunidad en Paraguay».

Miguel Pepe, antropólogo del Colectivo GUIAS.

Un proceso de restitución

Luego de muchísimos años de reclamos de las comunidades, y gracias al trabajo del Grupo Guías, comienzan las tareas de restitución de los cuerpos a los pueblos adonde pertenecían, incluido el de Damiana.  

 «No fue una tarea fácil. Con la presión de los periodistas, rompimos el cepo académico. Y así logramos algunas restituciones históricas como la de Inakayal. Lo que pasa es que no es fácil reescribir la historia, como contar el lado oscuro del Perito Moreno. Parece que no importa la verdad, sino como lo maquilles y con eso construimos la verdad. Y eso quisieron hacer con este Museo».

Miguel Pepe, antropólogo del Colectivo GUIAS.

Según un artículo de ANRed, la discusión sobre la restitución, no exhibición de momias y restos humanos se reinició en 2006 en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Esto fue a raíz de la aparición en los depósitos del museo de la cabellera y el cerebro, conservado en formol, del lonko Inakayal. Sus restos habían sido restituidos incompletamente en el año 1994 por la ley nacional Nº 23.940, promulgada por la Cámara de Diputados de la Nación en 1991, como respuesta a los persistentes reclamos de la comunidad de Teka, provincia de Chubut, (lugar de origen del reconocido lonko) en compañía de un sector estudiantil y académico de la UNLP.

Aún queda mucho por hacer, por restituir muchos cuerpos. Sólo se han identificado decenas hasta la fecha, de un total de 10 mil que se encuentran al interior de los depósitos.

Difundiendo la historia, podemos ayudar a seguir pidiendo Justicia

FOTOS: Martín Castoro, 2017.

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