71 años de la muerte de Eva Perón: frases para recordarla

Un día como hoy pero hace 71 años, Eva Perón, más conocida por el pueblo como «Evita», pasó a la inmortalidad. Compañera del presidente Perón, logró forjar su propia figura en pos de los derechos de la mujer y de los trabajadores. Conocé en esta nota diez reflexiones y frases que ella dejó plasmadas para siempre en la historia.


Eva María Durarte nació el 7 de mayo de 1919 en Junín y falleció el 26 de julio de 1952, con solamente 33 años a causa de un cáncer de útero fulminante. Un día como pero hace 71 años, a las once de la mañana, le dijo a su familia: “Me voy a descansar. Eva se va. La flaca se va”. Y horas después se inmortalizó.

Los funerales de Eva Perón se extendieron por 16 días. Millones de personas quisieron despedirse de ella.

Conoció a Perón en 1944, cuando era secretario de Trabajo y Previsión. Se casaron el 22 de octubre de 1945, cinco días después del Día de la Lealtad. En 1946, se originó el primer gobierno peronista, en el que Eva tuvo un papel fundamental.

Es innegable que su labor fue clave para el reconocimiento de la igualdad de derechos políticos y civiles entre hombres y mujeres: con el voto femenino, el Partido Peronista Femenino y la Igualdad jurídica en el matrimonio y la patria potestad de los hijxs. Además, propuso reconocer el valor económico del trabajo de cuidar los hogares y crianza de los niñxs, realizado principalmente por mujeres.

Reflexiones inmortalizadas de Eva Perón

Por eso, para recordarla, hoy te vamos a dejar una serie de frases y reflexiones que ella mismo dijo o plasmó en su autobiografía “La Razón de mi vida”:

  • “Confieso que tengo una ambición, una sola y gran ambición personal: quisiera que el nombre de Evita figurase alguna vez en la historia de mi patria”.
  • “Prefiero ser Evita, antes de ser la esposa del Presidente, si ese Evita es dicho para calmar algún dolor en algún hogar de mi patria”.
  • “Nadie sino el pueblo me llama Evita. Solamente aprendieron a llamarme así los descamisados”.
  • “Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle, por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder y pude ver sus miserias. Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas”.
  • “Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores. Quiero rebelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón”.
  • “Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país”.
  • “La verdad es que, sin ningún esfuerzo artificial, sin que me cueste íntimamente nada, tal como si hubiese nacido para todo esto, me siento responsable de los humildes como si fuese la madre de todos”.
  • “De mí no se dirá jamás que traicioné a mi pueblo, mareada por las alturas del poder y de la gloria. Eso lo saben todos los pobres y todos los ricos de mi tierra, por eso me quieren los descamisados y los otros me odian y me calumnian”.
  • “Aparento vivir en un sopor permanente para que supongan que ignoro el final. Es mi fin en este mundo y en mi patria, pero no en la memoria de los míos. Ellos siempre me tendrán presente, por la simple razón de que siempre habrá injusticias y regresarán a mi recuerdo todos los tristes desamparados de esta querida tierra”.
  • “Renuncio a los honores, pero no a la lucha”.

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