Cinco claves para leer a Leila Guerriero

A través de una escritura cautivante, tanto por la precisión de los detalles como por la rigurosidad periodística, la cronista argentina Leila Guerriero logra eclipsar a los lectores y transformar sus escritos en grandes piezas del periodismo narrativo. En conmemoración de su natalicio, compartimos una guía para leer sus obras.


Asombro, intriga y sorpresa son solo algunas de las reacciones que provocan las obras de la escritora y cronista argentina, Leila Guerriero. Nacida en Junín y con más de 30 años como arquitecta de las letras, durante su larga trayectoria ha sabido forjar un estilo que logró trascender en el periodismo narrativo logrando un reconocimiento internacional.

Su sello invita a sumergirse en cada uno de sus escritos porque Guerriero va más allá de una simple descripción de cada historia. En sus textos ofrece una mirada nueva. Se vale de recursos de la ficción, en los que, párrafo a párrafo, el lector deberá ir decodificando el ecosistema de cada uno de lospersonajes.

En conmemoración de su natalicio, les compartimos cinco claves para leer las obras de una de las grandes escritoras deperiodismo narrativo. Textos donde no solo la escritura atrapa por la precisión de los detalles sino también por la rigurosidad periodísticaen su máxima expresión.

1- Contar lo que todos miran y pocos ven

Leila Guerriero desarrolló a través de los años el arte de mirar y encontrar en historias algo distintivo. En su libro Una historia sencilla, la escritora argentina viajó hasta un pueblo de seis mil habitantes, en el interior de su país. Su intención era contar la historia de una competencia de baile folklórico que se lleva a cabo allí desde 1966: el Festival Nacional de Malambo de Laborde.

El evento termina cada año con la coronación de un hombre que tiene, en el mundo del folklore, el aura de un héroe olímpico. Y a quien se otorga el título de campeón. Para resguardar el prestigio del certamen, los campeones han hecho un pacto: una vez que ganan, ya no pueden volver a presentarse en otra competencia. Así, el malambo con el que se coronan es, también, el último de sus vidas.

Guerriero llegó hasta Laborde con la idea de reportear la historia de los participantes. Pero la segunda noche de la competencia vio, sobre el escenario, a un bailarín que la dejó paralizada. En ese preciso momento decidió que la historia ya no sería sólo la historia del festival sino también la de ese hombre: Rodolfo González Alcántara.

2- Encastrar las piezas del rompecabezas

En sus textos, la escritora dispone los fragmentos del texto de tal manera que, cuando el lector vaya avanzando en la lectura, se sorprenda, le genere expectativa e incertidumbre. Y poco a poco, encastre cada pieza de la historia. En el libro La otra guerra: Una historia del cementerio argentino en las Islas Malvinas la escritora cuenta sobre los esfuerzos por restituir una memoria opacada por la inacción institucional, el orgullo nacionalista y la sombra de la dictadura.

Es que, en 1982, tras la guerra entre Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas, el ejército inglés ordenó al oficial Cardozo que identificara a los soldados argentinos fallecidos en ese territorio. Y que diseñara un cementerio para albergarlos. Los resultados de su trabajo llegaron al gobierno argentino, que no los hizo públicos ni los dio a conocer a los familiares de los caídos. De modo que estos permanecieron sin identificar.

Leila Guerriero reconstruye esta historia pero la amplía. Abre ventanas y construye una pieza literaria y periodística llena de ambivalencias reflejando, no sólo el horror de la guerra y las ausencias irreparables, también las contradicciones que dejó el conflicto bélico.

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3- Narración no reduccionista

Aunque hay diversos géneros que exigen ser sintéticos y contar el hecho sin tantos matices, el gran desafío del periodismo narrativo es la creación de textos que, como funciona en Guerriero, no sean reduccionistas. En palabras de la autora, “ni totalmente bueno, ni totalmente malo”. Aquí es donde radica la diferencia de este tipo de textos con los demás: dejar que el lector sea el que saque sus propias conclusiones luego de conocer toda la historia narrada. Uno de los últimos perfiles publicados por la cronista da cuenta de esta clave en la que se revelan diferentes matices del personaje.

Se trata de Opus Gelber. Retrato de un pianista que cuenta la historia de uno de los cien mejores pianistas del siglo XX quien se inició en el instrumento a los tres años, y su vocación fue tan fuerte que a los siete, cuando contrajo polio, les pidió a sus padres que encajaran el piano en la cama, en la que permaneció postrado durante un año, para poder estudiar. La enfermedad le dejó una parálisis permanente en la pierna izquierda, pero eso no impidió que a los diecinueve viajara a París y comenzara a estudiar con una de las mejores maestras de aquel tiempo.

Vivió veinticinco años en la ciudad de las luces y veintitrés en Mónaco, tocando con las mejores orquestas y directores del mundo, codeándose con reyes, príncipes y emperadores. En 2013 regresó a Buenos Aires y, cuatro años después, Leila Guerriero escribió su historia. En un trabajo minucioso, la escritora reconstruye la vida de Gelber a través de múltiples testimonios.

4- Escritura sin fecha de vencimiento

La cronista argentina es dueña de un compendio de libros muy variados sin fecha de caducidad. Esta es una de las características que muchas veces remarca Guerriero en sus charlas o entrevistas: la importancia de leer un texto en cualquier momento de la historia y que no pierda vigencia.  Hace pocos meses, reeditó su clásico Frutos Extraños, una de sus tantas obras literarias en la que cuenta la historia de una mujer capaz de asesinar a tres amigas poniéndoles cianuro en la taza de té, otra que mató a su hija minutos después de parirla, un mago al que le falta una mano, un grupo de rock cuyo integrante más famoso tiene síndrome de Down, un lustrabotas que acabó convirtiéndose en una figura imprescindible de la música en Hispanoamérica. Un cumulo de historias que convivieron en un mismo universo.

5- Sin fórmulas a la hora de narrar

La escritora no piensa en fórmulas a la hora de escribir. Ella explica que un texto debe tener tensión narrativa, momentos de suspenso y todo eso lo debe tener en la medida en que el texto lo pida o deje de pedirlo. El secreto reside en encontrar la mejor forma de contarlo y esa respuesta llegará luego de haber recopilado todo en el campo estudiado.

En Plano Americano aparecen 26 perfiles -con cinco nuevas incorporaciones a la edición original publicada en 2013- de escritores, artistas plásticos, periodistas, fotógrafos, cineastas, editores, diseñadores y músicos hispanoamericanosque Guerriero ha publicado en diarios y revistas de América Latina y de España.

Esta obra reúne retratos de personas diversas que van del incendiario Nicanor Parra a la inquietante Idea Vilariño, del rabioso Fogwill al discreto Guillermo Kuitca, de la espléndida Sara Facio a la desbordada Marta Minujín, del laberíntico Ricardo Piglia al enigmático Roberto Arlt, y ofrecen,un acercamiento a la sensibilidad creativa de todo un continente.

Este libro funciona, además, como un intrincado sistema de vasos comunicantes en el que diversos personajes aparecen y reaparecen en sucesivas piezas que terminan por dibujar el retrato de una época.


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