Reuniones de fin de año: ¿obligación o deseo?

Así como hay un día en que nos damos cuenta que Papa Noel no existe, tampoco el idilio familiar. Un comentario fuera de lugar, una discusión política, alguna machiruleada puede arruinar el encuentro ¿Les pasa? ¿Cómo se sienten en las Fiestas? ¿Con quiénes las pasan? ¿Las disfrutan? Una nota que reflexiona sobre si las reuniones familiares de fin de año son ¿obligación o deseo? Consejos para pasarlas de la mejor manera posible.


Cada año, en mi familia se hacía la pavita y el vitel toné. Con el tiempo, yo dejé de comer carne, y abadoné los platos tradicionales. No pensé que alejarme de esos platos era como romper con alguna ancestralidad que se repetía de generación en generación. Eso no quiere decir que dejé todo atrás, pero quizás sin saberlo fue ese el inicio de mi deseo de renunciar a celebrar las fiestas como si fueran una película repetida.

A veces me siento medio sola en esta cruzada, no sé si es que me sale el alma de periodista y sobreanalizo la situación o más bien tengo que aceptar que soy así. Soy esto. Me gusta examinar las reuniones. Observar roles, repensar contextos.

Hace un tiempo, parte de la familia se distanció y con ella se fue la tradición de la pavita que yo ya no comía. Al principio, traté de entender ese movimiento, después comprendí que la vida es cíclica y que quizás las reuniones no eran tan repetitivas.

Reuniones de fin de año: ¿obligación o deseo?

Así como hay un día en que nos damos cuenta que Papa Noel no existe, tampoco el idilio familiar. Un comentario fuera de lugar, una discusión política, alguna machiruleada, o una cargada sobre el seitán en el vitel toné pueden venir a romper el hechizo.  Los Reyes magos son fantasía al igual que la alegría eterna de las fiestas. Hay pérdidas, enfermedades, decepciones familiares, alejamientos y mucha soledad.

Mia Astral en uno de los últimos episodios de su podcast dice que hay que saber que estamos en una época de muchas reuniones y que no siempre son buenas para todo el mundo. Hay personas que sienten presión social, más la digital. Ella plantea que si estás solo o sola, busques compañía que te haga sentir bien, que es importante saber compartir, y buscar pasarlo con personas que te hagan bien.

Y usa una metáfora que me encantó: de nada sirve sembrar una semilla de fresas en un lugar de mucho calor porque no son las condiciones. Es decir, que está bueno comprender que hay contextos y personas con quien abrirnos y cómo abrirnos.

Algunos consejos

Y ¿cómo logramos esto? Yo creo que una de las claves es el manejo de emociones. Eso nos hace evitar situaciones detonantes que pueden llegar a arruinar la noche. Sabemos que en las reuniones puede haber una de esas personas que te busca para encender la mecha ya sea con bromas pesadas, comentarios gordofóbicos, discriminatorios o que juzgan al otrx y que restan.

Y en esta era de seguir en las redes a quien piensa igual, de darle like a lo que me gusta, hace que se vuelva más difícil interactuar de manera real con ese que me gustaría bloquear.

Por eso, me hice una lista de preguntas que a mi sirven para ser un poco más responsable de mis emociones. Aquí se las comparto:

Cuando estoy en una reunión ¿registro lo que siento?

¿Me hago cargo de mis emociones o culpo a otras personas?

¿Me victimizo o tomo las riendas de lo que puedo controlar?

¿Estoy siendo clara con lo que siento y digo?

¿Trato, cuando hablo, de tener en cuenta a quien tengo en frente?

¿Soy consciente del tono que uso al hablar?

No digo que este ejercicio sea simple. En las reuniones familiares nos encontramos con personas de distintos multiversos. Tampoco creo tener las respuestas a todas esas preguntas, pero lo intento. Trato de hacerme cargo de mi, alejarme de lo que no me hace bien, y si no puedo hacerlo, ya sea por compromisos que no se pueden romper o que no quiero quebrar, al menos reflexionar con una misma y tratar de lograr algo de paz interna.

Porque quizás ya hayamos descubierto que Papa Noel no existe, pero la magia podemos crearla en nuestros universos internos. Y así con paciencia y amor extenderla, más allá de los mandatos.

Entradas recomendadas