En Ecuador, se han contabilizado hasta el 8 de Abril, 4450 casos de infectados del COVID-19, 242 muertos y 140 recuperados en el marco de la pandemia. Desde el país, una periodista revela porque los datos difundidos no demuestran la realidad del país.
La pandemia del coronavirus muestra su cara más atroz en las calles de Guayaquil, provincia de Guayas, Ecuador. Con un sistema de salud colapsado, los habitantes del país no tienen lugar para tratar a sus enfermos ni enterrar con dignidad a sus muertos.
En las últimas semanas, imágenes de cadáveres abandonados en las calles circularon a través de diferentes medios de comunicación y redes sociales. Familiares de los difuntos utilizaron diversos soportes audiovisuales para visibilizar la situación y exigir ayuda ante la falta de respuestas por parte del Estado.
En el país sudamericano gobernado por Lenín Moreno se han contabilizado hasta el 8 de Abril, 4450 casos de infectados del COVID-19, 242 muertos y 140 de recuperados en el marco de la pandemia. “Las cifras oficiales no demuestran la realidad de las muertes por Coronavirus”, remarcó la periodista ecuadoriana Isabela Ponce, directora editorial del medio @GkEcuador.
En esta línea, Ponce expresó que en Guayaquil, por ejemplo, donde se concentra el 70 por ciento de los casos, se está muriendo mucha gente por Covid, causas asociadas u otras afecciones, pero como no le hacen la prueba antes de fallecer para detectar y verificar la presencia del virus no se están contabilizando correctamente.
Desobediencia social: un problema
El Coronavirus, que comenzó a extenderse en China a fin de 2019, ya se registra en más de 100 países. Ecuador se encuentra en el puesto de 31 de países con mayor cantidad de infectados. Ponce afirma que la desobediencia ciudadana no cooperó para que el virus no continúe expandiéndose en el país.
“Un grupo no pequeño de estudiantes ecuatorianos, que vivían en el exterior y sus padres los mandaron a llamar porque la situación en España estaba muy compleja con el virus, llegaron y no todos cumplieron con la cuarentena. Al inicio hubo el paciente cero, pero luego, lo que hubo, fue la trasmisión comunitaria, que no se podía saber de donde venía los contagios”, detalló.
Además, el gobierno ecuatoriano tuvo que interrumpir diferentes eventos y celebraciones para que la gente vuelva a sus hogares y se quede en aislamiento en sus domicilios. “Todo esto, sumado a varios factores más, hicieron que los contagios sean un foco muy grande y un sistema de salud que no estaba preparado para algo así”, lamentó Ponce.