Un análisis sobre la relevancia de las redes sociales en el periodismo actual y cómo fueron cambiando los medios en el último tiempo.
Las noticias ya no llegan, por la mañana, a la puerta de nuestras casas. Las noticias ahora nos acompañan las 24 horas en las palmas de nuestras manos. Hace ya más de una década, pero con mayor fuerza a partir de 2016, los medios tradicionales en busca de nuevas audiencias y de adaptarse a la realidad actual, no pudieron seguir dejando de lado crear sus propias redes sociales, compartir sus noticias o hasta hacer de manera exclusiva noticias en sus redes sociales. Esto hizo que los portales perdieran el peso que tenían hace unos años atrás para que ganaran relevancia las redes sociales en el periodismo actual
Así entramos en una época en que los medios de comunicación se adaptaron a las leyes de los 140 caracteres, al éxito medido en clicks virales, a los videos de menos de un minuto, a los “me gusta” de Facebook, canallas de difusión de Telegram o a los corazones de Instagram o Tik Tok.
La famosa transición
Este camino de deconstrucción de una comunicación más conservadora de papel no fue, ni es sencillo. Varias instituciones tradicionales atravesaron grandes crisis de identidad, que demandaron trabajo desde cambios en la imagen a equipos de trabajo más jóvenes.
En ese proceso, los formatos de las redes sociales fueron entremezclándose con el periodismo tradicional.
Medios y redes sociales
“En los últimos 12 años fuimos testigos de cómo el avance de la tecnología devastó el oficio”, lanzó sin escrúpulos Martin Baron, director del Washington Post –medio que lideró un proceso de reconversión digital desde que fue adquirido en 2013 por Jeff Bezos, responsable de Amazon–, como parte de la charla de inauguración del Festival Gabriel García Márquez, en el Jardín Botánico de Medellín, en septiembre de 2018.
En el evento, que es uno de los más prestigiosos a nivel latinoamericano sobre periodismo innovador, se mostró entusiasta frente a los cambios que atraviesa el oficio. Más allá de sus 71 años, Baron habla como si fuera un nativo digital: “Los periodistas viejos nos sentimos cómodos y apegados a como era el oficio. Yo mismo ya tuve mi etapa de duelo, como si hubiera muerto un familiar. Pero, como en todo, hay que dejar la tristeza atrás”.
Seguir adelante, para él, significa adaptar el periodismo a las nuevas tecnologías. “Ignorarlo sería una negligencia profesional. Estamos en una sociedad digital y móvil. Será mejor que acojamos el cambio con entusiasmo”.
Para María Teresa Ronderos, directora del programa de periodismo independiente de la Open Society Foundations (OSF), quien también participó del Festival con un taller sobre emprendimientos digitales, “el momento en el que vivimos en el mundo puede compararse con 1470, cuando recién salía la imprenta y la gente sólo sabía lo que los monjes imprimían. También había miedos y censuras. Un clima de incertidumbre como el que se vive ahora. Antes el periodismo era el rey de todo. Y ahora está en crisis”.
Ella asegura que en todo el mundo los medios tradicionales atravesaron un momento difícil: descartan los trabajos de investigación porque son caros y demandan mucho tiempo, un tiempo que cada vez parece más efímero.
Sin embargo, ambos especialistas coinciden en que es un buen momento para innovar. “A medida que el modelo de negocio de los medios tradicionales se desmorona, con despidos masivos en las redacciones, la colaboración periodística y la innovación se están convirtiendo en indispensables para poner en común conocimiento, ahorrar costos y llevar a cabo investigaciones complejas”, afirma Ronderos.
Baron, quien fue uno de los integrantes del grupo de periodistas de investigación Spotlight, estima que para 2020 el 80% de la sociedad tendrá celulares inteligentes y que ésa es una de las claves principales: “Los móviles van a dominar y los medios deberán tener una mentalidad enfocada a lo móvil”.
En este contexto, las redes sociales se vuelven vitales. “La gente no va a buscar la información. Espera que los encuentre a ellos. Por eso debemos dársela”, agrega Baron. Las redes sociales y los buscadores también son importantes para conocer mejor a la audiencia actual ya que resultan ser las mejores encuestas. “Si queremos saber lo que más preocupa a las personas, tenemos que escuchar mejor y con más frecuencia. Las personas conversan en las redes”.
Nuevas generaciones
“Lo ideal es que el periodista actual domine las herramientas del oficio con las que trabaja. Y hoy, más allá del lenguaje, es importante el manejo de la imagen, del sonido y de redes sociales. La estética tiene mucho valor porque algo bello lo hace inolvidable e innovador”, agrega Ronderos.
Baron se mostró entusiasta frente a un público repleto de estudiantes universitarios de toda América Latina: “Me siento alentado con las nuevas generaciones de periodistas que se vienen, reveló. Entienden su rol fundamental en la sociedad. Ellos son nativos digitales y se nota, entienden a sus lectores”.
¿Y los influencers?
Los influencers comenzaron a ocupar un rol de credibilidad y prestigio que en el imaginario social los medios, hacía rato ya habían perdido.
Las creaciones de microcomunidades de seguidores antes estaban en pocas manos, pero con las redes sociales eso cambió. Tal fue así, que ahora los grandes medios suelen tener “periodistas influencers” que en pocos minutos cuentas las noticias a cámara con un trabajo de edición de video y buena imagen. Vendrían a ser como aquellos columnistas especializados de las antiguas secciones de los diarios.
De esta manera, como podemos observar en los Instagrams de los grandes medios, nos encontramos con videos a cámara, vivos, o reels sobre noticias del momento. A veces con más o menos análisis. Esa es una muestra más de la adaptación del periodismo a un lenguaje que hasta hace poco era considerado sólo en el mundo de las redes sociales.
Temas claves
El director del WP detalla que las temáticas que más se buscan en la actualidad tienen que ver con la vida espiritual, el mundo animal y la crianza de los hijos. Por eso, según los especialistas, si los medios no quieren perder audiencia tendrían que adaptarse a estas temáticas, que son aquellas en las que la gente más interés tiene en la actualidad.
Para Baron, los medios tradicionales que busquen lograr esta convergencia necesitarán personal que domine tecnología de punta. “El fin último es atrapar audiencia y para eso buscamos nuevas narrativas, más vívidas, viscerales. Poder mostrar, además de contar”.
Ronderos enumera las clases de periodismo que hoy en día tienen más éxito, como el periodismo de chequeo de datos, el periodismo investigativo innovador y colaborativo, como el caso de Panamá Papers, el periodismo de datos y el que cuenta historias.
También existe otra clase de medios aun más innovadores, que lo que hacen es enseñar a los ciudadanos cómo ser periodistas y cómo investigar, como el caso del inglés Bellingcat. “Con las webs la idea es que hoy la gente se sienta como en casa, que se sienta bien. Con puertas y ventanas abiertas. Para eso es importante llamarlos a participar. Decirles que ellos también pueden escribir sus historias”.
Otra clave para lograr éxito con emprendimientos periodísticos es darle importancia a la distribución, cómo hacer que la gente llegue a tu sitio, y la transparencia: “Que el lector sepa quién le cuenta la información y que el periodista conozca a su audiencia”.
La relevancia de las redes sociales en el periodismo actual
¿Qué pasa en Argentina?
Según un estudio del Centro de Estudios de Medios y Sociedad, dirigido por Mitchelstein y Boczkowski, el 85% de los argentinos nos conectamos casi constantemente o varias veces al día a las redes. Y son más usuarias las mujeres que los hombres: un 81% contra 71%.
“Se ve una extensión del uso de cuidado, nutrición de lazos sociales, que tradicionalmente se da más en las mujeres. Además, las usan más como fuentes de información. Si bien la televisión sigue siendo la fuente más consultada, y los hombres escuchan más la radio cuando manejan, las mujeres no se sienten tan atraídas por este medio, donde hay muchos conductores hombres y se hacen chistes sexistas, entonces entran en las redes para informarse”.
Esta diferencia en su uso no se ve de manera tan clara en los jóvenes ya que es más equitativo: el 98% de entre 18 a 24 años las utiliza.
En general, se suelen criticar las redes sociales como que fomentan el odio, la discriminación, el efecto burbuja. Desde la óptica de Becerra,“si bien las plataformas digitales permiten hoy viralizar a mayor velocidad los mensajes, la pregunta legítima y necesaria sobre el discurso de odio conduce más a las prácticas sociales que albergan ese tipo de discurso que hacia el dispositivo tecnológico. No estoy subestimándolo, por el contrario, considero que el dispositivo dispone y, entonces, merece atención, así como el rol de las empresas globales, gigantes tecnológicas, que lo diseñan y gestionan. Pero estos artefactos serían mero artificio si no hubiera significación social en ellos”.
La directora de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad de San Andrés y codirectora del MESO agrega: “Quizás deberíamos utilizar un sentido más crítico con las redes y preguntarles si deberían informales a sus usuarios qué información privada se utiliza para otros fines, qué acuerdos tienen para ver si se pueden vender los datos personales, si la publicidad dirigida es correcta, si deberían hacer abiertas sus bases de datos para saber qué información nuestra tienen. No está mal preguntarnos esto”.
A inicios de 2018, uno de los primeros presidentes de Facebook confesó que la compañía, desde su creación, sabía que “explotaba una vulnerabilidad de la psicología humana”. Para Becerra, “estos dichos forman parte de una introspección tardía, pero imprescindible de los dueños o fundadores de Facebook y de Twitter, principalmente”.
El medio es el mensaje
Los especialistas de Argentina, Martín Becerra, Eugenia Mitchelstein y Pablo Boczkowski coinciden en que su uso depende más del rol que le da el usuario al que tienen las redes en sí. “Hay tantos ejemplos positivos para rescatar las redes sociales (uno de los más virtuosos es el #NiUnaMenos), como también los hay de manipulación y endogamia para criticarlas. Sucede con las redes sociales digitales lo que ocurrió en la historia con otras “redes sociales” de comunicación predigitales. ¿Son los medios tradicionales buenos o malos? ¿Es la reunión pública buena o mala? En todo espacio de intercambio de opiniones e ideas hay disputa simbólica y los métodos de esa lucha tienen una determinación sociológica antes que tecnológica”, explica Martín Becerra, investigador del Conicet y docente de UNQ y la UBA.
Para la experta en medios y comunicación, Eugenia Mitchelstein, la duda es similar a preguntar qué se opina del teléfono o de la televisión. “Las redes sociales son dispositivos que la gente usa mucho, se divierte y que reciben mucha aceptación porque si no, no estarían conectados casi constantemente”.
Pablo Boczkowsk, profesor de Ciencias de la Comunicación en Northwestern University en Estados Unidos y codirector del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO) agrega que una gran diferencia que tienen las redes, respecto a otros medios, es que se las usa para muchas cosas: “entretener, vender cosas, conocer gente, contactarte con parientes que ni sabías que tenías y a diferencia de la televisión o la gráfica tiene un vínculo de apego subjetivo que no tiene con la radio u otros medios. A muchas gente le cuesta desvincularse y controlar su uso”.
Aspectos “positivos”
Por otro lado, a las redes se les destaca que son muy necesarias en la era de la desinformación, que son una maravillosa fuente de conocimiento y que aceleró procesos sociales como la fuerza del feminismo. “Permiten, por primera vez en la historia, comunicarse con fuentes y contactos remotos en tiempo real, intercambiar información e ideas. Rompen con la concentración vertical que ejercieron los medios tradicionales de la comunicación masiva: hoy son los principales productores de contenidos, pero ya no son la principal plataforma de su distribución, lo que dicho sea de paso produce enormes tensiones entre estos medios y los nuevos intermediarios digitales. Además, las redes sociales digitales permiten niveles de personalización inéditos en su potencial de circulación”, destaca Martín Becerra.
La relevancia de las redes sociales en el periodismo actual
“Parece trivial que diga esto, pero la verdad es que la gente la pasa bien en las redes sociales, conocen gente, se arman familias. Nos ayudan a conectarnos con seres humanos. Esta experiencia, se dé en las redes o en la calle, puede ser positiva o negativa. La gente consigue trabajo, otros entran a las redes a ver qué pasa y otros entran a ver qué pasa con sus conocidos y de manera indirecta se entera de noticias”, considera Eugenia Mitchelstein.
Para Becerra, esto se debe a que “le ha hecho perder a Facebook la preeminencia en la distribución de noticias, cediendo el primer puesto a Google. Evidentemente, la credibilidad de Facebook y de Twitter fue erosionada por el abuso de estas plataformas para diseminar discurso de odio, fake news y campañas agresivas frente a las cuales estas compañías no hicieron prácticamente nada durante años, subestimando su impacto. Aparte, el manejo de los datos personales que realizan estas plataformas contraviene en muchos casos las legislaciones laboriosamente adoptadas para proteger los derechos humanos”.
El profesor de la Northwestern University suma que las redes son un desarrollo nuevo en la historia de la comunicación y la humanidad y cuando han surgido otros medios aparece el mismo revuelo. “Estas plataformas no son neutras y tanto la gente como la sociedad tiene que aprender a reconocer sus beneficios y desventajas”
Casos innovadores
Por su parte, otros especialistas de distintas partes de Latinoamérica en #Mediamorfosis, un foro que tuvo como propósito facilitar información y herramientas, a través de casos concretos de éxito, al público relacionado con los medios, que se realizó en 2018 en Buenos Aires, hablaron sobre cómo el periodismo puede adaptarse a las transformaciones tecnológicas de la comunicación.
Referentes innovadores de todo el mundo analizaron los nuevos hábitos de consumo: contenidos decididos por la audiencia, inteligencia artificial, realidad virtual, tecnología 360º, y propuestas originales que involucran diversos sectores de la sociedad.
“La manera en que los medios de comunicación están cambiando marcará el final de ciertas formas de trabajo y la aparición de otras”, afirma Damián Kirzner, argentino creador del Foro Transmedia, que también tiene sus ediciones en otros puntos de Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay.
El fotógrafo belga Karim Ben Khelifa mostró sus trabajos como corresponsal de zonas de conflicto, sobre todo Medio Oriente, y contó cómo hizo para llevar una experiencia tan solitaria como ser corresponsal de guerra en Medio Oriente y África a un plano donde todos pueden acercarse a vivir lo que él vive: el campo de la realidad virtual.
Su proyecto inmersivo se llama The Enemy VR, se estrenó en París en 2017 y desde entonces ha estado en Israel, Estados Unidos y Canadá. “El enemigo te enfrenta cara a cara con combatientes de tres zonas de conflicto: con las maras en El Salvador, en la República Democrática del Congo, y en Israel y Palestina”.
Los testimonios y confesiones sobre sus vidas, experiencias y perspectivas sobre la guerra permiten al espectador, a través de los lentes 4D, comprender mejor a los personajes.
Karim es ampliamente conocido por su cobertura de los conflictos en Medio Oriente, especialmente las guerras de Irak y Afganistán, donde cubrió a los lados insurgentes. Trabajó en más de ochenta países y territorios y tuvo exhibiciones en cuatro continentes. Lenguaje inclusivo.
Desde Argentina, Federico Sykes, director general y creador del Festival Internacional de Cine Sordo de Argentina, propone, “experiencias para lograr más accesibilidad a los medios audiovisuales con nuevas tecnologías ya que pueden ayudar a mejorar, utilizando VR y AR para solucionar este problema”. Se trata de lentes 3D y cámaras 360, que promueven la pedagogía de manera interactiva, con estímulos visuales.
La relevancia de las redes sociales en el periodismo actual
La importancia de la audiencia
Uno de los puntos más debatidos en el mundo es cómo medir la audiencia de los medios hoy, cómo competir con la televisión abierta contra plataformas on demand y cómo fidelizar comunidades. Desde Chile, Cristóbal Dañobeitía, especialista en tecnolo[20] gía, datos y analítica para la toma de decisiones en los nuevos medios de comunicación, contó que creó un dispositivo sensorial para analizar la audiencia, que toma las pulsaciones y tiene un pedal para que la persona que esté evaluando el material muestre la intensidad que le genera lo que ve.
Este sociólogo de la Universidad Alberto Hurtado, con Máster en Ciencias Cognitivas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México, es el director y fundador de Embodied Group, empresa que se dedica a asesorar medios en la relación con su audiencia, gracias a la huella digital. “La pregunta que nos hacemos en este mar de datos es cómo navegarlo, como llegar a conclusiones que sean eficientes para mejorar la generación de contenidos, mejorando a su vez la experiencia de usuario de sus plataformas y comprender qué tipo de análisis debemos hacer para llegar a estos objetivos “.
Agustín Alonso G., quien trabaja en el equipo de Playz de RTVE, canal multiplataforma de contenidos digitales dirigidos a un público de entre 18 y 34 años, no es ajeno al problema de pérdida de audiencia que sufre hoy la televisión abierta y también se pregunta cómo captar más rating. Por eso, contó la experiencia de realizar la serie de mayor éxito, Si fueras tu, donde la audiencia fue eligiendo cómo serán los capítulos siguientes, a través de votaciones en internet.
Más narración y menos espectáculo
Patricia Gosálvez es periodista, coordinadora de El País Lab, una incubadora de innovación para contar historias con una “filosofía nativamente digital” del prestigioso diario español El País, que se lanzó en marzo pasado, contó que ellos no están inventando la innovación; lo que hacen es repensar estrategias para mostrar de manera más creativa e interactiva trabajos tradicionales de investigación.
“No hay que monopolizar la innovación, tiene que estar en toda la redacción. Hoy, el 70% de la audiencia lee los diarios desde dispositivos móviles y más del 80% hace clic solo en la primera mitad del home. El desafío sigue siendo llevar el formato más largo a uno más inmersivo”, agregó Gosálvez.
El laboratorio de “experimentación digital” que funciona en el diario está formado por un equipo interdisciplinario que desarrolla proyectos multimedia utilizando distintos formatos: un juego sobre el Día de la Mujer, un video 360º, un especial transmedia sobre el Mayo del 68 en París. De todas maneras, aclara que hay que tener cuidado con la sofisticación de las herramientas porque no todas son aplicables a diferentes contenidos y siempre tiene que “primar la narración y no el espectáculo”. La mismísima presentación del Lab, en su web, dice: “Ya nos informamos usando distintas plataformas y lenguajes. Si leemos el periódico mayoritariamente en el móvil, hagamos historias pensadas en origen para el smartphone. Si comprendemos visualmente el mundo, expliquémoslo con visualizaciones. Somos usuarios interactivos, generemos por tanto contenidos que respondan a esa realidad”.
Ejemplos propios
Podemos ver el caso de Trash y del propio sitio EC ejemplos https://www.instagram.com/trash_documental/
Actualidad
Chesterton dijo que el periodismo consiste en decir «Lord Jones ha muerto» a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo. Quizás hoy nos encontremos en un momento en el cual el periodismo consista en combatir de manera original y clara una fake news de que Lord Jones está vivo.
La relevancia de las redes sociales en el periodismo actual es un artículo producido para la cátedra Nuevas Tecnologías (TICS) de la Universidad Nacional de Avellaneda.
La relevancia de las redes sociales en el periodismo actual