Coronaleaks: diarios íntimos de cuarentena

Abrimos los diarios íntimos de la cuarentena. A dos meses del aislamiento social, preventivo y obligatorio en Argentina, publicamos extractos de diarios íntimos que nos fueron enviando lectoras y cronistas que hablan sobre sexo, Instagram, cortes de flequillo y cactus. ¿Te animás a mandar el tuyo?



Diario 1

De los días en que vivimos en cuarentena por Ludmila Fertap


Mi dia #1

20 de marzo de 2020
Tanti, provincia de Cordoba. 22 hs. aprox la temperatura será de 18 grados y están haciéndonos un asado. Dormimos en un colchón finito, pero arriba vi uno mejor. Se lo voy a pedir. No hay habitación y quiero coger. Quizás arme la carpa.

>de la distancia de las palabras<

#2
Nos mandaron mandalas vituales para colorear. No tenemos impresora. Me tiré de 7 metros de una piedra en la Punta del Indio, me gusta llamarlo la chota del indio. Volví a reconectar con los perros: no es que no me gustan los perros, sólo que no me gustan en la ciudad. Recordarme que quiero vivir en un un lugar que sea parte de la naturaleza será un objetivo a largo plazo.

#3 Escritura Crónica.
21 marzo 2020.

Armamos la carpa. hoy cogemos. Quisiera vivir de cuarentena.

Tiempo para descansar,
tiempo para cocinar,
tiempo para ordenar,
tiempo para contemplar,
tiempo para fumar,
tiempo para beber,
tiempo para mirar,
tiempo para comer,
tiempo para bailar,
tiempo para cantar,
tiempo para tener tiempo.

***
Me desperté con mucha energía. Armé la carpa. Tuve el privilegio de que el corona me agarro en Córdoba. Tomé mate, colgué ropa, bajé ropa, doblé ropa. Comí. Cocinamos tarta, empanadas y tomé birra. También estiré el cuerpo con algunos ejercicios de Bio. En este nuevo mundo, esperé un “vivo” para escribir esto. Me imagino a todes revolviendo placares, encontrando cosas añejas. Mirando, pero mirando de verdad, observando a les demás con quienes conviven o quizás mirándose o evadiéndose de este momento que nos obliga a estar con nosotres mismes.


¿Cuántos pájaros se posarán en la estación de tren vacía?¿ Acaso los cuis cruzaran las vías sin mirar? Por lo pronto, mi prioridad es que voy a comer en un rato. Eso me excita. Me preocupa quedarme sin tabaco, voy a tener que bajar al pueblo y son casi 4 km. Mi DNI dice SENILLOSA 444 y uno mas viejo que tengo TUCU-TUCU Y EL CHAJA. Si bien podría ser tucu-tucu una calle de Tanti no lo es. ¿Si me para la policia?¿si une vecine me acusa por iresponsable social?¿Cómo le explico que tomé el último tren a Cordoba?¿Si acaso traje el coronavirus a Córdoba?


No. No soy tan importante.

Estoy con mi comp. Ella lee, ella contempla, ella respira, ella se relaja. Ella es todo lo que elijo para esta cuarentena: sus mates, la mirada a la mañana, su culo grande y blando apoyado en mi centro al dormir.

Está todo bien acá. 

Pasó un auto, me sentí en la dictadura que no viví. Pasó un auto con un altoparlante en el techo que reproducía “La municipalidad de Tanti les recuerda que están en aislamiento social obligtorio preventivo”(…). Decía más pero tengo mala memoria. De repente, el concepto de vacaciones en la cuarentena se cayó. Ahora no puedo ir al río. De repente, me angustié con esa voz de hombre del más allá. Encima voz de hombre: grave, autoritaria y con esa agresión pasiva.

#4

Se cortó la luz. No es un challenge de Rechimuzzi.

De yapa ayer dormimos en la carpa. Lo bueno, volver a cojer y dormir desnudas. Lo malo, que yo flashaba que había una fauna y media afuera.

***

Ese momento de la “relación abierta” en que tenes que hacerte cargo de que también te gusta otra persona y, la peor parte, comunicarlo. 

¿El covid también mata el poliamor?

***

Volvió la luz. Fue mejor cuando no hubo: leí más de lo que había leído en toda la temporada. No entré a Instagram. No sonó música, solo unos tambores  del vecino.
#5

Hoy me bañé.

Tuve un llamado “prohibido”de 5 minutos porque hace no se cuanto ya que NO ESTOY SOLA. Necesito estar un rato sola pero la situación me agarró acompañada y  en una casa que no es mia, así que la posibilidad de ordenar placares por acá no pasó. 

Extraño las reuniones en La Social, la cervecería de esta temporada pampeana, extraño la posibilidad de viajar, aún estando de viaje.
Me niego a escribir que lo extraño, que en  este contexto ni siquiera puedo hacer un llamado de tiempo ilimitado. 

¿Cómo son los recuerdos en cuarentena?

Acuerdos vinculares, no monógamos ni virtuales. 

***

Ya estaba todo preparado para esto, acabo de tener un encuentro, bah, una clase virtual de bioenergética. Aguante el contacto físico. 

#6

 No me da más la cabeza. 

Ya sueño lo que no me animo a decir pero a la inversa como si fuese mi novia la que está con otre y yo dando la respuesta que quisiera escuchar.
Me despierto. 

#7

Estoy caliente. Llueve. Me cojeria a todes en una celebración orgiástica de géneros y sexos y música. Todo. Una buena pija grande y dura, caliente. Dos, cuatro, seis, varias tetas carnosas para tocar y chupar y un sin fin de gemidos liberadores y por sobretodas las cosas: La Culpa del otro lado de la puerta.


#8

La expresión artística se complementa cuando se comparte. Siempre las noches son mejores que la mañana, bah, no siempre pero en cuarentena si.

#9

Cosas que hoy valoro,

el sol sobre la piel,

una birra en Brandon,

gente que no conozco

pero cruzo siempre.

¿sera que la próxima nos saludaremos

y abrazaremos como si fuésemos del mismo club?

¿acaso le diré a esa chica colorada que me encanta

su nuca y todos los tics que tiene cuando habla?

¿habrá une otre que piense en mi y nunca me lo dijo?

Basta. Esto parece un diario de una nena de 13 años abrazada al amor romántico.

#10. 

No tengo nada que decir.


#11

Ahora que la cuarentena entra en la segunda temporada si voy a hacer todo lo que no hice y dije que iba a hacer en la primera .

#12. Espacio en blanco.

#13

Soñé que estaba en la ruta con la bicicleta y que le faltaba una rueda y la cadena se salía.

Soñé que te abrazaba.

Soñé que ya nadie trabaja  8 hs. o más por día, ni 5 o 6 días a la semana.

Soñé con un gobierno con dirigentes trans en el poder como La Wayar.

Soñé que leía todos los libros que quería.

Soñé libre y con un mundo igualitario para todes.

#14. Espacio en blanco

#15. Espacio en blanco 

#16

De las políticas de género en los estudios terapéuticos. 

¿Cómo abordar la actualidad cuando los libros que estudiamos son de, hace minimo, 80 años atrás por ende patriarcales, binarios y mononormados? 

#17

Hoy salió el sol y es un día esperanzador. Faltan menos de 10 días para volver. 

#18. Espacio en blanco.

#19.Espacio en blanco

#20 

El pelo sucio y el pantalón nuevo.

de #21 al #27. Grandes espacios en blanco.

Día 27

Increíble. Ni palabras ya. Considerando que pagar 12 mil pesos es la mejor opción con tal de estar en casa. 

***

De acá en adelante logramos  volver a CABA desde Tanti, pagando una especie de Uber, sin ninguna seguridad, sacando permisos, en una ruta vacía que solo tenia camiones, con controles policiales de máscaras y preguntas. 

Entramos en una 9 de Julio que me hizo llorar de sorpresa. Era verdad. La calle estaba desolada, todo cerrado. La gente, la poca que circula usa una especie de fetiche sado pero la pasa mal .Siempre están expuestos les más pobres, les precarizades que te llevan el delivery a la comodidad de tu clase media, media alta. 

Volver a casa, el espacio propio, mis plantas, la cama de 2×2 que compramos porque eramos 3 pero ahora somos 2 y la cama es la misma. Como buena cómoda, dejé de escribir, miré más Instagram, miré más series, pedí delivery. Me hice incontables baños de inmersión para matar el tiempo, cogí y cogí mucho y feliz porque era una cama y no una carpa y porque no había media fauna encima. 

Un poco me acostumbré: ahora estudio, trabajo y estoy adentro de un monoambiente. Tan vacía, tan acostumbrada, tan aislada que a veces lo que más duele es lo que no se ve, como ayer que me llené de mini espinas de un cactus que parecía no tener. 

Diario de la primera semana de Florencia Luján

Comencé un aislamiento voluntario el lunes 16 de marzo, a partir del anuncio de la suspensión de clases en escuelas primarias y secundarias en toda la Argentina, para mí significaba reducir mis salidas diarias: tratar contra toda mi voluntad permanecer en casa.

Ese día a la noche empecé a pensar en todas las cosas que había hecho, cuando quise escribirlas en el bloc de notas de mi celular, éste se quedó sin batería así que recurrí a la boleta del gas, que hacía unos días se pasaba de la mesa del comedor a la biblioteca y así.

Día 1

Me levanté temprano, queriendo dormir cinco minutos más. Esos cinco minutos fueron diez, quince, veinte y treinta más. A media mañana, fui a una entrevista que pacté desde el viernes. Esperé quince minutos hasta que se canceló. El domingo me fui sin querer del grupo de WhatsApp con las gurisas. Me dijeron que no pueden agregarme hasta dentro de 48 horas. Mi mamá cocinó unas papas noisette que salieron muy feas, pero las comí igual porque la quiero. Me reí de muchos tweets y celebré en silencio la ocurrencia. Trabajé. Decidí cancelar un viaje, pero empecé a planear otro. Caminé con una amiga. Recordé cuánto me gusta Obsesionario en La Mayor de Tan Biónica y la escuché muchas veces. Mi papá me regaló un libro que quería hace un montón. Pensé en escribir esto en el bloc de notas de mi celular, pero como no tenía batería lo hice en una boleta que después tiré a la basura. Voy a mirar por segunda vez Virus de Kim Sung Soo porque me gustó y punto. 

Día 2

Terminé de leer un libro que saqué de la biblioteca la semana pasada. Me volvieron a cancelar una entrevista que pacté desde el viernes. Volví al grupo de WhatsApp que tengo con las gurisas. Trabajé. Tomé una clase de yoga online. Fui a la verdulería y me olvidé lo que quería comprar. Empecé a escuchar un podcast. Cociné. Mientras comía miré un pedacito de Virus de Kim Sung Soo, pensé en lo lindo que es el protagonista. Trabajé. Se largó a llover y pensé en dormir la siesta. Mandé muchos audios de WhatsApp. Me reí fuerte, con ganas. Me sentí mala periodista, pensé en tuitearlo pero me dio paja. Otra vez fracasé al hervir un huevo. Arranqué a leer otro libro. Me bañé. Descubrí que la parte que más me gusta de Rosa, Rosa de Sandro es ésta: “Ay Rosa, Rosa pide lo que quieras pero nunca pidas que mi amor se muera, si algo ha de morir, moriré yo por ti”. Nada, eso.

Día 3

El primer mensaje que envié fue a Cable Video Urdinarrain. Después, respondí dos respuestas a una historia de Instagram que subí. Sí, ayer fracasé al hervir un huevo. Pensé en qué tenía que hacer durante el día. Bostecé deseando dormir media hora más porque ¿quién todavía cree en esos “cinco minutos”? Tararee Cosita Rica de Bomba Estéreo y pensé en sexo. Le envié un mensaje a una periodista que sigo y admiro. Otra vez me cancelaron una entrevista y volví a sentirme una mala periodista. Hice todas las cosas que tenía que hacer. Un chico que me gustaba hace un año me escribió para decirme que siempre me lee y me mandó un abrazo. Miré una película a distancia con una amiga. Nos chocaron y tuve que suspender una conversación online. Comí dos choripanes. Empecé un libro: Carlitos Way. Vida de Carlos Nair Menem y me acordé que hubo un tiempo en que fue furor la Cumbia de Menem. 

Día 4

Después de buscar media hora una película para ver en Netflix di con una que me gustó: First they killed my father, que cuenta la historia de la activista camboyana Loung Ung. Me dormí a las dos de la mañana, cuando terminé de leer todas las críticas que encontré. Me levanté temprano, respondí unos correos, atendí cosas del trabajo y me puse a limpiar. Hice la compra del mes por WhatsApp, se decretó cuarentena total y yo me quiero matar. Me despedí de la que atiende la verdulería,“hasta el 31, te voy a extrañar”, me miró y se rió. 

Un chico me invitó a tomar algo cuando pase la cuarentena. Capaz que le proponga lo mismo pero a otro chico, qué se yo. Mientras cocinaba una milanesa me tomé un tequila. Hoy antes de dormir voy a pedir un deseo: que el Cacho Deicas cumpla a rajatabla con la cuarentena y no se suspenda el show de Los Palmeras en Rosario. 

Día 5

El coronavirus atenta contra mi vida social y sexual, pero sé que después de lo que dure esta cuarentena, todxs vamos a valorar un poco más lo maravilloso de nuestra libertad. 

Me levanté temprano, respondí unos correos, atendí cosas del trabajo y pensé en cortarme el flequillo, después recordé todos los flequillos que tuve y me dije NO FLORENCIA NO. Tuve una reunión online con mi equipo de trabajo, y les conté que el vals que bailé en mis quince fue La petisita culona de La Bersuit Vergarabat, un gran aporte de mi hermano Rolo. Después de esa reunión limpie el patio y tomé sol, y cuando terminé “ensayé” para un karaoke virtual que impulsamos en mi otro trabajo, porque la creatividad siempre ante todo. Violé la cuarentena para comer sushi en lo de mi mejor amiga, nos reímos como hacemos siempre que nos encontramos, al llegar a casa pienso: cuánto deseo reír así de nuevo.

Día 6

Me levanté a las 10.30 de la mañana, entré a Instagram y respondí un inbox, después fui al baño y mientras me lavaba los dientes veía las notitas que pegué en el espejo este lunes. Abrí todas las ventanas, barri la casa, salí al patio a tomar sol e hice una ensalada que comí mientras escuché hablar a un periodista colombiano sobre cómo investigar la corrupción.

Cuando entré al grupo de WhatsApp de las gurisas, ya habían compartido un comentario, un video, un audio y reflexiones sobre el Coronavirus, así que tome cartas en el asunto. 

Les propuse que no hablemos más del tema hasta que pase la cuarentena, para cuidarnos también de la desinformación y la salud mental, mi propuesta se convirtió en un decreto

Participé de un vivo en Instagram donde ofrecían ejercicios de escritura para pasar el aislamiento social, y me entusiasme al pensar que quizás no soy un “bicho raro” como dijo un amigo al leer mis anotaciones, más bien somos varixs bichxs rarxs que hacemos lo que podemos (y queremos, claro).

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