La comida y la basura se relacionan más de lo que pensamos

¿Alguna vez oíste hablar de la Interferencia de la industria o del greenwashing? Desde Coca Cola en la Cop27, hasta Bizarrap en alianza con Burger King. Cómo las multinacionales de alimentos se meten en nuestras mentes y las consumimos, sin siquiera comerlas. En la semana de la alimentación saludable, le decimos basta a empresas que hacen lobby contra legislaciones que deberían proteger nuestra salud y la de nuestro planeta, que arrasan con nuestros recursos naturales, financian sistemas de reciclado explotadores, o ni que hablar de comprar influencers o financiar políticas públicas donde el único beneficiario es quien genera el problema. La comida y la basura se relacionan más de lo que pensamos.


Podría escribir una de esas notas con cinco tips para una alimentación saludable que tanto le gustan a Google. Podría buscarle una vuelta al algoritmo para que la alimentación saludable llegue a tus ojos y por qué no a tus estómagos. Pero no voy a ser tan ilusa. La comida y la basura se relacionan más de lo que pensamos. La comida y alimentación chatarra está tan metida en nuestro organismo que hasta sin comerlas la estamos consumiendo. Es una batalla difícil cuando las estrategias del mercado son tan cínicas y bien pensadas que hasta te sentís mal de denunciarlos. No porque me cueste hablar mal de la hamburguesa de McDonald’s, sino porque esto va más allá: uno de los talentos más actuales y reveladores del momento como Bizarrap se alía con una marca como Burger King o hacemos pogo de nuestro artista favorito en el Pepsi Music. Y ni que hablar de las olimpíadas, mundiales de fútbol, eventos deportivos de toda clase, financiados por multinacionales de alimentos más contaminantes del mundo.

Repito: consumimos chatarra sin comerla

Y si, y tengo más para contarte. Contarte eso que no se ve en las fotos de los póster de la Autopista porque nadie te muestra el detrás de escena de cómo se destroza nuestro sistema digestivo, se arrasan nuestros lagos, se financian sistemas de reciclado explotadores que no le dan ni un techo o plato de comida a quienes juntan botellas de las multinacionales, o ni que hablar de comprar influencers o financiar políticas públicas, donde el único beneficiario es quien genera el problema.

Mi trabajo como periodista ambiental, especializada en residuos, me llevó a ver varios de estos hechos con mis propios ojos. Nadie me lo contó. Por eso, si te lo cuento a vos.

Para entrar en tema, te hiper recomiendo el documental Coca Cola y un mundo lleno de basura donde cuentan cómo la marca número uno de gaseosas del mundo es la que introdujo una enormidad de botellas de plástico PET al sistema. Creó un mecanismo que financia el sistema de reciclado engañoso y explotador y ni siquiera llega a las metas que si misma se propone. Pero hay algo mucho peor que todo eso: y es el manejo que se hace de los poderes políticos y de las legislaciones.

En un mes, se llevará adelante la COP27 (Conferencia de las Partes), una de las reuniones internacionales más importantes del mundo sobre la definición de lineamientos ambientales para combatir el calentamiento global. La imagen que te dejé arriba habla por si sola. Uno de sus sponsors en Coca Cola.

La comida y la basura se relacionan más de lo que pensamos

En las últimas semanas, hasta el propio influencer argentino Santi Marateas reveló en sus redes las maneras en las que estas marcas utilizan personas mediáticas para ganarse la buena fama y ocultar sus más oscuros secretos. “Son los principales contaminadores de plásticos en las playas y no cumplen con el etiquetado frontal”, dijo en sus stories.

Esta acción me parece reveladora porque deja en evidencia mecanismos propios que la empresa llevó adelante con él o con sus pares: “Vos soñas con tener millones de seguidores para que cuando los tengas, venga una empresa… ¿te pague para decir lo que ella quiere?”

¿Y la ley de envases?

Hagamos otros ejercicio. Cuando vas al supermercado ¿alguna vez te imaginaste que al comprar comida también comprás basura? Si, por la vida rápida que llevamos la comida viene envasada, empaquetada ¿y qué hacemos con eso? Reciclarlo, obviamente. Como consumidores, debemos asumir nuestra parte. Pero cada actor es fundamental en esta cadena: un Estado presente que limite el accionar de las corporaciones y empresas o pymes que lleven adelante medidas en favor del planeta y no sólo de sus bolsillos.

Pero eso… difícilmente sucede. Por eso, son importantes las legislaciones acordes. Por ejemplo, en Colombia es obligatorio tener más de un cesto de residuos en espacios e instituciones públicas o masivas. En Argentina, aún estamos dando batalla con la ley de envases: una norma con inclusión social que busca fomentar los materiales reciclables y biodegradables, los sistemas de retornabilidad y formalizar el trabajo del sector cartonero.

¿Qué busca esta ley?

  • Prevenir y minimizar el impacto que ocasionan sobre el ambiente los envases y los envases post consumo.
  •  Reducir la cantidad de envases que se introducen en el mercado, que no sean reutilizables o reciclables, minimizar la disposición final de envases post consumo y priorizar la reutilización, el reciclado y otras formas de valorización.
  • Se busca crear un Sistema Nacional de Gestión de Envases, el que será operado por la Autoridad de Aplicación y tendrá el rol de coordinar y difundir los Sistemas Locales de Gestión Integral de Envases aprobados en todo el territorio nacional.
  • Que cada uno de los productores tome responsabilidad objetiva por el financiamiento de la gestión integral de los envases introducidos por ellos en el mercado nacional, y de los Envases Post Consumo.
  • Se conformará un Fondo Nacional para la Gestión de Envases y Reciclado Inclusivo (FONAGER), el cual tendrá por objeto el cumplimiento de las mandas de la ley y será operado por la banca pública.

Lamentablemente, el año pasado ganó el lobby y esta ley se cajoneó.

Ranking de empresas más contaminantes

Según informes de @breakfreefromplastic a nivel mundial y con aportes nacionales de @tallerecologista existen ranking de las empresas más contaminantes que te dejo a continuación.

Este año, desde Trash Documental organizamos dos limpiezas para sumar nuestros datos de registro de marcas y corroboramos lo que te decía más arriba. Lo que más encontramos fue plástico que bien podría reciclarse.

  • Lo que más encontramos fueron envoltorios de un solo uso: envoltorios de galletitas, golosinas, arroz, azúcar, etc que no pueden reutilizarse. Se contabilizaron 67 unidades en total. De esta categoría, se encontraron más de 30 marcas, pero las más predominantes fueron: Guaymallén, Arcor, Terrabusi, Chango, La Providencia, Natura, Don Satur, Misky y La Serenisima. Lamentablemente, este tipo de residuos muchas veces no indican a qué platico pertenece (categoría del 1 al 6). En general, lo que recomendamos es meterlo dentro de una Botella de Amor.
  • En segundo lugar, lo que más hallamos fueron botellas PET (tipo de plástico): En total, fueron 49. Se relevó una cantidad de 34  botellas cristal, 13 botellas de plástico verde y 2 botellas de plástico celeste. De las cuales 26 de ellas, es decir un 53%, pertenecían a la marca “Manaos”, 8 a Coca-Cola.
  • En tercer lugar, encontramos bolsas plásticas: 31 unidades.

La comida y la basura se relacionan más de lo que pensamos

¿Qué es la interferencia de la industria?

Gran parte de lo que vinimos hablando se llama Interferencia de la Industria. La denominación se refieren a cuando la industria socava las responsabilidades del Estado, favoreciendo los intereses privados, mediante el uso y apropiación de instrumentos y mecanismos legales, fiscales y judiciales.

¿Y los agrotóxicos?

El sistema alimenticio también genera la necesidad de producir de manera masiva. Lo que va de la mano con megaproducciones porcinas, agrotóxicos y más conceptos que conocemos. Esa clase de producción también genera desechos. Si el producto ya de por si no es beneficioso ni para los animales, ni las plantas, ni sus propios consumidores ¿se imaginan una gestión de residuos saludable? Claramente no…

No todo es tan negativo

Me gustaría aportar algo más antes de terminar. Aunque re da para otra nota. Pero más allá de las corporaciones, es interesante que pensemos qué alimentos hacemos entrar a nuestro hogar y cómo gestionamos las sobras. Poder compostar los restos orgánicos reduce gran parte del peso de nuestros residuos sólidos urbanos. Al compostar, estamos ayudando a no seguir llenando basurales a cielo abierto o rellenos sanitarios. Hace poco conocí un sistema en Caleta Olivia donde compostan de manera municipal los sobrantes de los restaurantes y verdulerías. Realmente me pareció un caso para destacar.

Ahora si, espero que luego de leer este texto algo haya cambiado en vos. Que ahora veamos más claro que hay industrias que contaminan, enferman y engañan desde los más pequeños a los más grandes poderes en beneficio de su propio negocio: envenenarnos y vendarnos los ojos para creer que lo hacemos por motus propio. Ah y aguante Biza y los recitales, pero sin ningún engaño detrás 🙂

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