En Argentina, una mujer es asesinada cada 26 horas. En los primeros once meses del 2019, hubo 290 femicidios. Hoy, 25 de noviembre, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, recordamos a las que no están para que dejen de matarnos sólo por el hecho de ser mujeres. La trágica historia de Lorena Aguilar, cuya pareja no sólo la mató a golpes, sino que escondió su cuerpo por días para que nadie lo descubriera.
Un golpe. Dos golpes. Tres golpes…
El cadáver de Lorena Mabel Aguilar estaba en el piso de una vivienda de Rafael Castillo, partido de La Matanza, Buenos Aires, Argentina. Jorge Claudio Duré ya la había asfixiado, ya había logrado su propósito: matarla. Pero no le bastó. La siguió golpeando.
Un golpe. Dos golpes. Tres golpes…
Con una barreta, le partió el cráneo, la desfiguró, aún sabiendo que ya no respiraba.
Después del crimen, él pensó un plan y lo llevó a cabo. No quería que la encontraran y escondió el cuerpo: lo envolvió en una lona de pileta y la metió dentro de un placard.
No esperó. No le tembló el pulso. Tomó un préstamo de 32.000 pesos que había solicitado ella y durante algunos días no habló de Lorena con nadie. Pero todo fue insostenible. Una semana después, le dijo a su mamá:
—Maté a mi novia.
Ella eligió no ser cómplice de su hijo y le contó a la policía. No dudaron en detenerlo.
Se supo que el femicidio ocurrió entre el 15 y 25 de noviembre de 2017. Pero nunca se pudo determinar con exactitud la fecha en que Duré la mató. Cuando la encontraron, el cuerpo ya estaba en estado avanzado de descomposición. Lo que sí se supo en 2019, fue la pena que tendrá que afrontar el homicida.
El 26 de abril de 2019, Jorge está sentado a un costado de la sala de audiencias del Tribunal en lo Criminal N° 4 del Departamento Judicial de La Matanza. No gesticula, no se mueve, no mira a la familia de Lorena. Fija la vista hacia los magistrados Franco Fiumara, Nicolás Grappasonno y Gerardo Gayol. Aun, cuando le dan la sentencia que no espera.
—El tribunal, por unanimidad dicta la sentencia de reclusión perpetua, por resultar autor penalmente responsable de ‘Homicidio agravado por relación de pareja que mantenía con la víctima y mediando violencia de género en perjuicio de quien fuera Lorena Mabel Aguilar- precisó Eduardo Sánchez, secretario del Tribunal.
Hay llanto. Hay abrazos. Hay gritos de desahogo. No es Duré quien se lamentó. Él ni siquiera pidió perdón. Es la familia de Lorena que encuentra un poco de paz ante tantos años de dolor.
—Se hizo justicia. Es lo que pedí desde el momento que mataron a mi hermana. Mi hermana no va a volver más, pero él ahora no va lastimar a nadie más- expresa Julia, hermana de Lorena.
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Según el último informe del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, en los primeros once meses del año 2019, hubo 290 femicidios lo que significa que una mujer es asesinada cada 26 horas, en Argentina. Pero la violencia machista ha sido una constante a lo largo de la historia…
El 8 de octubre de 2016, Lucía Pérez, de 16 años, fue drogada, violada y empalada en Mar del Plata.
—Podría haber sido veterinaria porque la apasionaban los animales-, dijo su madre Marta Montero.
El femicidio de Lucía conmovió al país y bajo el #NiUnaMenos, se realizó el primer paro nacional de mujeres de 2016. Por ella, y por todas.
Desde el 22 de agosto de 2011, Candela Sol Rodríguez, de 11 años, no pudo participar más de las reuniones de Boy Scouts, en Villa Tesei. Ni Ángeles Rawson, de 16 años, desde el 10 de junio de 2013, seguir leyendo las historietas de animé que tanto le gustaban.
Araceli Ramos y Daiana Ayelén García, ambas de 19 años, salieron de su casa con la esperanza de conseguir un trabajo, pero las habían engañado. No las esperaba ninguna oferta laboral.
A todas las mataron.
Después de Lucía Pérez, la violencia no decayó.
Este 2019. ya son 290 mujeres las que faltan porque las asesinaron.
Este último mes, Brisa Méndez, una niña de 13 años, fue encontrada asesinada y enterrada en la casa de su tío. Antes de matarla, la violaron. Su tío materno está detenido por el crimen.
El cuerpo de Magdalena Peralta fue encontrado en una esquina del barrio San Pedro, en Isidro Casanova, partido de La Matanza, el 12 de noviembre. Recibió 21 puñaladas durante la brutal agresión. El asesino está libre.
Tamara Gómez, de 20 años; Analía Rodriguez, de 42 años; Natalia Bandiera de 41 años fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. Según el documento del Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, 7 de cada diez mujeres fueron asesinadas por parejas o ex parejas.
Y las lista no termina.
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—Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte, solía responder Minerva Mirabal, a quien le advertían que el régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo planificaba matarla en República Dominicana. Su compromiso le impidió detenerse pese al aumento de homicidios, torturas y desapariciones de quienes se oponían al dictador. Y no luchaba sola.
Junto a sus tres hermanas, habían decidido unirse, en su juventud, a un grupo de resistencia llamado 14 de Junio para luchar por la libertad política de su país, oponiéndose a una de las dictaduras más opresoras y duras que tenía Latinoamérica: Trujillo.
En el afán por conseguir la liberación de la república, “Las Mariposas”, nombre secreto que utilizaron en el movimiento que formaron parte, Minerva y María Teresa, fueron sentenciadas a tres años de prisión acusadas de atentar contra la seguridad del Estado dominicano.
Tres meses más tarde, las mujeres fueron liberadas, pero sus maridos, que también habían sido detenidos por la misma acusación, siguieron en prisión. El 25 de noviembre de 1960, Patria, María Teresa y Minerva Mirabal volvían de la cárcel, ubicada en el municipio de Puerto Plata, en un jeep. En el camino, las sorprendió un grupo de efectivos de las fuerzas de seguridad: el plan criminal del dictador estaba en marcha.
Las tres mariposas fueron torturadas y asesinadas por el escuadrón al mando de Trujillo. Después de la tragedia, los criminales las metieron dentro de un vehículo y las arrojaron al fondo de un barranco para simular un accidente automovilístico. Pero casi nadie lo creyó. Tampoco nadie las olvidó.
La historia de las tres mujeres militantes, luchadoras y heroínas. Jóvenes, esposas y madres; símbolos de la libertad en República Dominicana y en el mundo quedó marcado a fuego. Tal es así, que el crimen de las hermanas Mirabal fue uno de los detonantes de la caída de Trujillo.
Según el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, en 1993 la ONU aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer para el 25 de noviembre en reconocimiento a la valentía de las tres hermanas Mirabal.
Además, definió esta problemática como «todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada».
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Duré, tal vez, tras las rejas, no pueda volver a matar a una mujer, pero hay otros que están libres, impunes y siguen agrediendo, matando.
Duré “no va a volver a lastimar a nadie más”, dice la familia de Lorena, luego de escuchar la sentencia.
Algo que, en realidad, nunca tendría que haber hecho. Pero sucede y hasta que no haya ninguna agresión más, hasta que no nos sigan matando por el hecho de ser mujeres, vamos a seguir marchando, a seguir reclamando y más hoy, 25 de noviembre, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Lo hacemos por Lorena, por Lucía, por Candela, por Magdalena, por ellas, por las que no están, por las que están en riesgo y para que esta lista no crezca más.