¿Puede la Neurociencia ayudar a la salud mental?

El 22 de Julio se celebra el día mundial del cerebro con el objetivo de promover la conciencia sobre el potencial del cerebro y sobre el cuidado y la prevención de las enfermedades neurológicas. Por eso es importante entrenarlo y cuidarlo ¿Cómo podemos hacerlo? Te lo contamos en esta nota


Por: Dra. Gabriela Gonzalez Alemán (*)

La salud mental está íntimamente conectada con la neurociencia, que es la ciencia que estudia al sistema nervioso desde múltiples perspectivas. Refiere al bienestar, a la habilidad de sentirnos capaces y efectivos en lo que hacemos, a tener percepción de autonomía, a sentirnos realizados tanto desde lo intelectual como desde lo emocional y a tener una interdependencia constructiva con las generaciones que nos preceden y las que nos suceden. Todas estas cosas empiezan a construirse y a consolidarse desde el útero y continúan su desarrollo durante toda la vida.

Los trastornos de ansiedad conllevan un funcionamiento exagerado del sistema límbico (encargado del procesamiento de las emociones) frente a determinados estímulos haciendo que las personas los crean peligrosos y adopten una respuesta de huída, de parálisis momentánea o de lucha.

En la depresión, entre otras cosas, hay un descenso de la serotonina, la hormona involucrada en la producción de bienestar. Y en las psicosis, también hay evidencias de cambios en el funcionamiento cerebral. No son todas iguales, pero en la mayoría hay una disminución de transmisión dopaminérgica durante el desarrollo, que se advierte recién a partir de la adolescencia cuando, determinadas áreas de la corteza reclaman esas conexiones para continuar con el desarrollo. Es aquí cuando aparecen los delirios y las alucinaciones.

La salud mental más allá de las enfermedades

Pero dejando de lado a las enfermedades, nuestra salud mental se manifiesta de varias maneras y todas dependen del funcionamiento cerebral. Simplemente porque tanto nuestras acciones, como nuestro pensamiento y la vida emocional emanan del funcionamiento del cerebro. Para dar cuenta de la complejidad de la forma de hacer y de sentir que tenemos las personas tanto como individuos como en contextos sociales, la Neurociencia avanzó hacia perspectivas que integran a las dimensiones afectiva, social y cognitiva.

Como el nivel de información es excesivo, la mente tiende a disminuir el caudal de información usando recetas simplificadoras. Así, a medida que empezamos a repetir experiencias y a asimilar las recetas que dieron buen resultado, la mente empieza a armar su manual de reglas de oro. Para cada situación similar, activará el patrón de comportamiento correspondiente a la receta simplificada.

La plasticidad cerebral es la clave para mejorar nuestra salud mental. Algunos de estos esquemas no son del todo útiles para las situaciones que se nos presentan. A lo mejor lo fueron alguna vez y quedaron como regla en el manual de la mente. Usamos estas reglas de manera inconsciente y por eso muchas veces no advertimos que son las que producen un descenso del bienestar, una menor percepción de realización personal o a lo mejor, problemas en las relaciones con otras personas.

Todas nuestras creencias se van instalando de esta manera. Por eso es importante tener cuidado con las cosas que nos decimos a nosotros mismos. A veces, son nuestros propios relatos los que le ponen freno a nuestras posibilidades o los que nos llevan a sentir tristeza. Si pensamos que no somos capaces de realizar una tarea, aunque lo seamos o creemos que los demás no nos quieren aunque no sea cierto, estaremos imposibilitados de cumplir con la tarea y sentiremos tristeza por no ser queridos. Las narrativas personales tienen un efecto poderosísimo sobre nuestra salud mental.

Más info: tallerescronicos@gmail.com

Claves para mejorar la salud mental desde la Neurociencia

El 22 de Julio se celebra el día mundial del cerebro con el objetivo de promover la conciencia sobre el potencial del cerebro y sobre el cuidado y la prevención de las enfermedades neurológicas. 

Este año, está dirigido a la concientización sobre la Enfermedad de Parkinson. Un trastorno que se creía que afectaba exclusivamente a la motricidad, pero que genera múltiples dificultades como alteraciones en el sueño y  en funciones mentales como la memoria, la atención, la planificación e incluso la creatividad.

El cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo. Con la forma de una nuez, lleno de pliegues y cisuras, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones, la vida emocional y la expresión de la personalidad. Cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento. Por eso es importante entrenarlo y cuidarlo ¿Cómo podemos hacerlo?: 

1- Empezá a observarte a vos mismo y a entender tus reacciones en el contexto en el que se presentan: Qué te hace enojar y cuándo, qué te entristece o te da miedo, cómo resolvés las situaciones inesperadas. 

2- Prestá atención a tus emociones y a lo que las provoca. Recordá que el autoconocimiento es fundamental para que empieces a elegir qué rutas cerebrales querés que se repitan y cuáles preferirías evitar. 

3- Prestá atención a las cosas que te decís a vos mismo: ¿Qué tono usás? ¿Te recriminás? ¿Te elogiás? Tu autoestima, tu capacidad de logro y tus relaciones dependen de tus narrativas personales. 

4- Ponete metas concretas y que sean realistas: Tu cerebro y tu mente adoran terminar tareas. Si una tarea está inconclusa se transforma en una molestia en la atención. Si tus metas son concretas y son realistas, podrán hacerse y terminarse. Por eso, no te propongas algo abstracto como “ser feliz”. En cambio, buscá aquellas cosas que te hacen feliz y proponete hacerlas en concreto. 

5- Conectate con la naturaleza: Hay evidencia científica de que el contacto con el aire libre y el verde de las plantas estimula la liberación de serotonina, la hormona productora de bienestar en el largo plazo. 

6- Hacé vida social: Incluso con distanciamiento, podés compartir momentos con otros. Salir a caminar, hacer deporte o hablar por teléfono. La vida con otros te da experiencias de interacción que son únicas. Aún en situaciones similares y con las mismas personas, las experiencias siempre son distintas. 

7-Aprendé cosas nuevas: Un idioma, un juego de mesa o leé algo corto en internet que te interese. Traé información nueva a tu mente para que se integre con lo que ya había. Renová de esta manera tus conexiones neuronales y aumentá tu plasticidad cerebral. Desafiá a tu cerebro con nuevos aprendizajes. 

8- Escuchá activamente a las personas con las que hablás. No pienses lo que querés decir mientras todavía te hablan. Así, vas a dejar en suspenso por un momento esos esquemas de pensamiento automáticos. Es posible que te enteres de que lo que te decían no era exactamente como pensabas. Vas a incrementar tu empatía y mejorar tu relación con los demás. 

(*) Dra. Gabriela Gonzalez Alemán, neurocientífica, Dra. en Genética del Comportamiento y fundadora de Brainpoints (MN 33343) Instagram: @brainpoints.

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