La violencia machista digital es una dimensión de la violencia de género. Se manifiesta a través de algún medio tecnológico y tiene como elemento principal amedrentar a la víctima. Marina Benítez Demtschenko, abogada y fundadora de Activismo Feminista Digital, brinda elementos de utilidad si sufrís este tipo de violencia. #NoEstásSola
¿Te acosa a través del celular o la computadora? ¿Te insulta por Facebook por mensajes directos o privados? ¿Crea perfiles falsos de vos en diferentes redes sociales? ¿Te amenaza con publicar material íntimo que le enviaste cuando tenían una relación? Bueno, no borres nada. Hay una serie de acciones que podes hacer para denunciar a tu agresor.
Dentro de la violencia de género existen diferentes dimensiones. Una de ellas es la violencia machista digital. Definida como aquella que, un sujeto, valiéndose de soportes tecnológicos, ataca los derechos digitales de las mujeres.
Tipos de violencia machista digital
La abogada y fundadora de Activismo Feminista Digital, Marina Benítez Demtschenko, afirma que existen diferentes tipos: “Desde 2014 venimos detectando desde la fundación tres lineamientos:
- La difusión no consentida de material íntimo.
- El acoso virtual, el hostigamiento y la persecución a través de perfiles reales o falsos. “Esto crea en nosotras una sensación de inmensa vulnerabilidad y esto lleva, en muchos casos, a la autoexclusión de la experiencia tecnodigital”.
- Acceso indebido a las nuestras redes sociales, “como una forma machista de control cercano de la víctima. Esta acción no es un delito, por lo que todo lo que tenga que ver con esta conducta queda afuera de la persecución del Estado y el esclarecimiento de la conducta dañosa”.
En este sentido, la experta en seguridad informática agregó que con el tiempo fueron cambiando las maneras de violencia digital. “Principalmente en 2018, acrecentándose algunas, dejando de estar tan presentes otras».
Por ejemplo, durante el debate por el derecho al aborto, «empezamos a visualizar el acoso virtual por parte de trolls machistas que incluso llevaban a las usuarias a temer por sus vidas ante amenazas de muerte reales”, recordó.
¿Qué hacer si sos víctima?
- Radicar la denuncia. “Gran parte de las conductas vinculadas a la violencia machista digital no son delitos. En este marco, la justicia o las comisarías o las dependencias públicas de atención a la víctima no toman el caso o lo subestiman mucho. Sin embargo, deben hacerlo”.
- No destruir evidencia digital. “Esto supone no bloquear las cuentas de donde se está emitiendo el material. No eliminar lo que se difunde. Mantener los enlaces activos. Todo esto en post de que tras realizar la denuncia se obligue al Estado a investigar”.
- La captura de pantalla no es suficiente.
- Conservar la evidencia digital con un perito informático.
- Pedir ayuda, “Generalmente nos asustamos y lo que hacemos es bloquear, eliminar o desaparecer de las redes y esto es todo lo contrario que hay que hacer. Como sentimos que se nos viene una bola de nieve encima, es muy importante lograr redes de contención”.
Género y derechos digitales
Activismo Feminista Digital es una fundación que promueve el reconocimiento de los derechos digitales con perspectiva de género y trabaja sobre el impacto y los vínculos que se tejen entre las tecnologías y la vida de las mujeres.
Sus inicios datan de 2011 a partir de una experiencia personal de su fundadora: Marina Benítez Demtschenko.
“Después de una relación de seis años, mi pareja difundió de manera no consentida material íntimo y se hacía pasar por mí en Badoo y Facebook. Esto me llevó a notar la falta de políticas públicas y concientización en la sociedad sobre el tema«.
«Cuando una se encuentra con un sistema que no responde, que no tiene una legislación de la que se pueda asistir a una víctima, no hay derecho que pueda devenir con una protección o por lo menos el reconocimiento de que no es justo que vivamos situaciones de esta índole”, detalló.
“Después de estudiar como canalizar mi caso en Argentina me doy cuenta que no solo era importante armar una propuesta sino era importante visibilizar este caso. Entendiéndolo como un paradigma a partir del cual hablar de la difusión no consentida de material íntimo. No como pornovenganza«.
En ese sentido, sumó: «La venganza supone una reacción del agresor por algo que ha hecho esa persona en cuestión, pero en mi caso no se trataba de eso. El material había sido enviado durante nuestra relación de noviazgo y no era pornografía porque no estaba destinado a terceras personas”.
Proyectos de ley
A partir de diferentes casos detectados desde 2014 hasta 2017, la fundación Activismo Feminista Digital presentó distintos proyectos de ley.
“Propusimos la penalización e incorporación al Código Penal de tres conductas: La difusión no consentida de material íntimo, el acoso virtual y el acceso indebido a las nuestras redes sociales”, detalló.
Así las cosas, en 2019, la organización presentó un segundo proyecto de ley. “La modificación de la ley 26.485 de protección integral hacia las mujeres para contemplar entre las violencias machistas previstas otros tipos. La violencia digital y la violencia telemática”, rememoró.
“La violencia digital es aquella violencia machista que ataca derechos digitales de las mujeres. En tanto, la violencia telemática es aquella perpetrada a través de las tecnologías de la información y la comunicación”, aclaró la presidenta de la organización.
Pese al correr de los años, la experta en ciberseguridad afirma que se sigue subestimando el poder de impacto que tiene la violencia digital en la vida de todas. Por ello, sostiene que continúa siendo una lucha diaria y en todos los estratos.
“Por eso apuntamos al congreso. Creemos que sin el Derecho que nos asista estamos sin herramientas, pero también hay que apuntar a la capacitación de operadorxs públicas. El estado debe ponerse a la altura de la era digital”, cerró.