Considerado un clásico de la literatura argentina del siglo XX, el escritor argentino Rodolfo Walsh, no sólo se hace imprescindible para quienes busquen una singularidad única en el campo de las letras sino que se vuelve necesario por su compromiso e intervención social. Compartimos las claves para leer su obra.
Rodolfo Walsh nació en 1927 en la localidad de Choele-Choel, en la provincia de Río Negro, Argentina. Su nombre integra desde el 25 de marzo de 1977 la larga lista de personas desaparecidas durante la última dictadura civico-militar, iniciada en 1976. Pero antes de su lamentable desaparición, con un estilo marcado, el escritor argentino fue clave para la historia literaria argentina de no ficción: elaboró relatos breves, artículos periodísticos y grandes investigaciones.
Utilizando los recursos de la ficción para darle potencia a lo que estaba escribiendo, la lectura de su obra no solo se hace imprescindible para quienes busquen una singularidad única en el campo de las letras sino que se vuelve necesario por su compromiso e intervención social. Walsh evoca sensaciones y emociones; miedo, temor, odio, impotencia, elementos integrados a los personajes y sus acciones. Todo para dar cuenta de un suceso inmerso en un contexto particular.
A continuación queremos compartir cinco claves para leer la obra de Walsh. Él es quien escribió una de las primeras novelas de “no ficción” en español y se anticipó nueve años al “Nuevo Periodismo”. Una corriente en al que se comenzó a aplicar recursos propios del género novela al relato de hechos reales.
1)La voz de la denuncia
Hasta fines del siglo XIX, los diarios defendían ideas políticas sectoriales, su sostén surgía de las fortunas personales de sus dueños y la labor periodística no estaba profesionalizada. El lector elegía qué leer de acuerdo a sus pasiones políticas.
A principios del siglo XX, los diarios comienzan a financiarse con la venta y la publicidad, el periodismo empieza a ser un oficio rentado que depende de un jefe y el contenido se diseña en función del mercado. El lector es un consumidor.
Rodolfo Walsh rompe con ambos modelos a partir de la edición de Operación Masacre, combinando compromiso político, denuncia y profesionalización. Trabaja dentro de la industria cultural pero difunde sus propias ideas y agita a los lectores.
Operación Masacre es su primera investigación periodística. El autor buscó a los sobrevivientes de un fusilamiento, ocurrido en 1956, en un descampado de José León Suarez en la Provincia de Buenos Aires, para hacer una reconstrucción de los hechos.
Walsh cruza técnicas del periodismo y de la literatura. Una de las características más marcadas de esta obra es su prosa: directa, lineal, sin sombras ni quiebres estilísticos. Frases cortas, contundentes, descriptivas, purgadas de adverbios y adjetivos.
2) Resolver un enigma
Fiel a su origen de escritor de policiales, Walsh introduce en su obra muchos procedimientos del policial. En este género siempre hay dos historias: la del crimen y la de la investigación del hecho. La pesquisa del homicidio fue una de las mayores obsesiones de Rodolfo Walsh, quien encontró en este tipo de escritura una manera eficaz de denuncia social y política.
La habilidad narrativa del escritor argentino queda plasmada en la utilización del ritmo natural de narración que conduce al suspenso y a la reflexión de quien está inmerso en la lectura de su obra. Sus principales recursos son los diálogos, juicios, cuadros, ambientaciones, símbolos y la técnica retratista que funde la descripción física, psicológica y del entorno íntimo y social del personaje ubicado en el tiempo y el espacio.
Las tres novelas breves que componen Variaciones en rojo (1953) han sido consideradas por la crítica argentina auténticas piezas claves de la literatura policial y dan cuenta de los recursos antes mencionados.
3)Lector, participe sensorial
Rodolfo Walsh se encarga de realizar, en su libro Quién mató a Rosendo (1969), por medio de su propia investigación, un esclarecimiento de lo que ocurrió en torno a la muerte de uno de los principales dirigentes sindicales de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Argentina durante los años 60.
Durante toda la obra, a través de cada capítulo ya sea desde su voz o utilizando la voz de personajes, el escritor argentino dibuja con las letras y diferentes recursos la historia detrás del crimen. Mientras construye el contexto político en que aquellos hechos tuvieron lugar, Walsh enumera detalles sobre los hechos con la ayuda de quienes sobrevivieron al tiroteo en el que fue asesinado el dirigente.
A través de diferentes recursos, busca que el lector se implique y traslade a cada momento de la historia, hasta su desenlace mortal. Así las cosas, Walsh involucra de un modo general a quien este leyendo su escrito y saque sus conclusiones.
4) Escritura fragmentaria
Con el correr de los años, Rodolfo Walsh comienza a refinar su técnica y producción narrativa. La utilización de la escritura fragmentaria para jugar con diferentes perspectivas e intensificar los sentidos en la obra se vuelve un recurso clave.
En su libro “Un kilo de oro” (1967), integrado por cuatro cuentos, Cartas, Los oficios terrestres, Nota al pie y Un kilo de oro, el escritor da cuenta de diferentes casos y deja que sea el lector quien saque sus propias conclusiones.
5) Ductilidad literaria
Cada texto de Rodolfo Walsh muestra su riqueza literaria y su incomparable manera de narrar los acontecimientos. El escritor fue capaz de reconstruir una escena perturbadora y, en el párrafo siguiente enumerar datos duros o contar hechos precisos.
En el Violento oficio de escribir. Obra periodística (1953 – 1977). se encuentra la compilación de casi toda la obra de Walsh. Los más de cincuenta artículos reunidos en este libro dan cuenta de su recorrido.
Leer a este escritor argentino es hallar una fotografía de su tiempo, una muestra de su camino y una pluma formidable.