Cinco tips para narrar historias en la era digital

Escribir textos en tiempos de redes sociales se ha vuelto un desafío. La audiencia exige lectura rápida y sencilla. ¿Se puede lograr narrar en la era digital? Claro que sí. ¿Cómo? Sin perder la creatividad. En esta nota, te compartimos consejos a la hora de escribir en el reino de las pantallas.  


La era digital cambia, día a día, la manera en que nos expresamos. Precisamente, los textos que se comparten ya no son escritos de la misma manera que hace unos años. Y, acomodarse a este nuevo periodo, es parte de nuestro trabajo si se quiere mantener cautivos a quienes nos leen. Sin embargo, hay algo que nunca pasa de moda: contar historias

Narrarlas en la era digital enfrenta desafíos porque también el contexto es diferente: las redes sociales, sin duda, generan escritos de lectura rápida, sencilla y genuina: información ágil, pero también creativa.

Hoy en día, pese a todos los cambios que se están produciendo, podemos lograr que la persona lea un texto de inicio a fin, que conecte con el contenido, que comparta o hasta que lo guarde para poder distribuirlo entre sus pares.

En este nuevo contexto, ¿se puede lograr textos “a demanda”? Por supuesto. Te enumeramos una serie de tips que podés utilizar para producir escritos creativos para el público y atraer a mucho más personas:

narrar en la era digital

Narrar historias la era digital

La importancia de un buen arranque

-Las primeras líneas son de suma importancia para el texto, es clave pensar un inicio que funcione de anzuelo para poder atrapar al lector, frases que nos permitan seducirlo y, así, lograr que continue con la lectura.

Un ejemplo: Coronagamer: la brecha de género aumentó en los juegos online

Emplear una introducción, nudo y desenlace

Un texto narrativo sigue una estructura coherente al momento de contar los sucesos.

La introducción, o el arranque, como dijimos anteriormente, es una de las partes fundamentales del texto. Aquí, lograremos o no que el lector se enganche con la lectura.  

El nudo es la parte en la que se cuenta el problema, el conflicto a resolver o el objetivo por conseguir.

Y, el desenlace, que es la última parte del texto donde se resuelve el problema o el conflicto, o sea, concluye la narración.

Un ejemplo: Luna, historia de una infancia trans

Las ideas tienen que ser claras

Antes de sentarte a escribir, realiza un punteo que responda a las preguntas sobre ¿Qué querés contar? y ¿Qué recursos narrativos vas a utilizar? Así, una vez que te sientes a escribir, las ideas, seguramente, van a fluir de manera más clara. Nunca te olvides que vos debes ser tu principal crítico, si no se entiende para vos, tampoco será claro para el resto.

Personajes y su voz

Es clave saber sobre quién estoy contando la historia

Ejemplo: Eva, historia de una mujer trans

No te olvides de fotos, links y contenido multimedia

Hoy en día, es más válido que nunca el dicho: una imagen vale más de mil palabras. Vivimos en la era del video.

Un ejemplo: La crónica fotográfica de Riña de gallos de Franca Levin con su video en YouTube

Imprescindible generar un clima

Más allá de los recursos visuales, como amamos la escritura, obvio que te vamos a recomendar que no te olvides de los diferentes recursos narrativos como la descripción, el diálogo, la sentencia, el simbolismo o la generalización. O si bien, semánticos, como la repetición, la metáfora, la analogía, la ironía, hipérbole, enumeración o pregunta retórica podemos crear las diferentes escenas y generar un clima.

Y te dejamos este pequeño texto que amamos: Mabel.


Si querés empezar a escribir historias, sumate a nuestro taller de periodismo narrativo.

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