Fue hace 11 años, cuando Lionel Messi ya era Messi, pero no tanto. Era 2010 y su primera vez como capitán. Conocé en esta nota el día que entrevisté al futuro campeón del mundo, pero aún no lo sabía.
Mundial del 2010
Durante un mes, como sucede cada cuatro años, el mundo deja de girar y muchos de sus habitantes dejan de respirar.
El planeta, como contaba el escritor uruguayo Eduardo Galeano, ese año estaba un poco loco: “El Fondo Monetario, el Banco Mundial y numerosos gobiernos humillaban a Grecia, obligándola a que aceptara lo inaceptable, como si hubieran sido los griegos, y no los banqueros de Wall Street, los responsables de la peor crisis internacional desde 1929;
El Pentágono anunciaba que sus expertos habían descubierto, en Afganistán, un yacimiento de un millón de millones de dólares en oro, cobalto, cobre, hierro y sobre todo litio, el codiciado mineral imprescindible para los teléfonos celulares y las computadoras portátiles;
En Colombia aparecía una fosa común con más de dos mil muertos sin nombre, que el ejército había arrojado allí como si fueran guerrilleros abatidos en combate, aunque los vecinos del lugar sabían que eran militantes sindicales, activistas comunitarios y campesinos que defendían sus tierras;
una de las peores catástrofes ecológicas de todos los tiempos convertía el golfo de México en un inmenso charco de petróleo, y un mes y medio después el fondo del mar seguía siendo un volcán de petróleo, mientras la empresa British Petroleum silbaba y miraba para otro lado, como si no tuviera nada que ver;
en varios países, una catarata de denuncias acusaba a la Iglesia Católica de abusos sexuales (…)
Pero cuando el Mundial de 2010 comenzó, en la puerta de mi casa colgué un cartel que decía: «Cerrado por fútbol”.
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Para Argentina, la ilusión duró poco. La selección perdió en cuartos de final contra Alemania.
Y ni que hablar del 2010 para Lio Messi, “La Pulga”. Fue su primera vez como capitán de la selección argentina (en el 2-0 frente a Grecia). Y aunque lo intentó, de verás que lo intentó, pero no logró convertir ni un solo gol de los 10 que hizo el equipo.
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Pocos meses después del mundial de 2010, en una oficina municipal de Morón, con puerta chapa negra descascarillada, se empezó a gestar una idea revolucionaria.
Uno de mis trabajos era hacer una revista infantil para la colonia moronense de vacaciones, que tenía una sección destinada a entrevistas deportivas. Uno de los integrantes del equipo tenía el contacto de nada más, ni nada menos, el representante de Lionel Messi. Cuestión que no había dudas: me puse en campaña para lograr LA META.
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Escribía Galeano en 2010: “Argentina fue goleada en su último partido. Medio siglo antes, otra selección argentina había recibido una lluvia de monedas cuando regresó de un Mundial desastroso, pero esta vez fue bienvenida por una multitud abrazadora. Todavía hay gente que cree en cosas más importantes que el éxito o el fracaso”.
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Dicen que la vida, a veces, da revancha. Aunque con el diario del lunes todo es más fácil de analizar. Quién iba a decir que ese joven Lionel de 23 años, más tarde, iba a ser recibido por la movilización más grande de la historia, tras ser campeón del mundo. Iba a dormir con la Copa, iba a ser abrazado por su mujer Antonella, sus tres hijos, pero también por un país entero.
Pero basta de spoilear. Volvamos a 2010. Ese año apenas se usaba el Whatsapp. La empresa surge en 2008. Pero esta empleada municipal no tenía un celular tan avanzado. Si mal no recuerdo, creo que en esa época aún tenía un Blackberry usado. Así que la manera más sencilla de entrevistarlo fue por mail. Armé las preguntas (recordemos que eran para una audiencia infantil) y se las mandé.
—¿Qué consejos le darías a los niños que recién comienzan con el deporte?
—¿Por qué es importante realizar actividad física?
— ¿Qué se siente jugar un mundial?
— ¿Cuál considerás que fue tu mejor gol?
—¿Qué deportista admirás?
—¿Te gusta jugar al fultbol en la Play?
—¿Cuáles son tus hobbies?
—¿Cuál es tu comida preferida?
—¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
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2014, 2018, 2022. Se necesitaron tres mundiales más para que su historia y la del país, dieran un giro de 360º.
Pero antes, mucho antes de eso, llegó el mail, con sus respuestas.
—Para mí jugar un mundial es lo mejor porque te sentís que estás en la cima del fútbol, compitiendo con los mejores del mundo y defendiendo el deporte. En este caso, el fútbol de tu país.
—A los chicos les diría que disfruten mucho y se diviertan mientras practiquen fútbol o cualquier deporte que quieran seguir porque esa es la única manera de crecer y sentir felicidad al hacerlo.
—La verdad que no se cuál es mi mejor gol, porque hice muchos goles. Obviamente algunos más lindos que otros, pero prefiero no pensar en eso porque todos tienen un valor especial para mi.
—No soy de admirar a alguien en especial. Lo que si admiro es el sacrificio que muchos atletas hacen para poder llegar a estar en lo más alto del deporte que practican.
—Me gusta jugar al futbol en la Play, pero todo tiene un tiempo. El tiempo para la Play, para estudiar y para practicar algún deporte.
—Me gusta mucho dormir la siesta, si se puede considerar un hobbie, jaja.
—Mi comida favorita son las milanesas, pero las que hace mi mamá.
—En mi tiempo libre, como termino muy cansado del entrenamiento, me gusta mucho descansar. Cuando puedo, también miro mucho la televisión.
Vuelvo a leer las respuestas y pienso que hace 11 años, Messi ya era Messi, pero no tanto. Hace 11 años no se hablaba tanto de Antonela, Messi no había sido padre, no se había casado, su hijo no le había preguntado porqué en Argentina lo odiaban tanto, no había perdido la final de 2014 y renunciado a la Selección para después volver. Pero ya le gustaban las milanesas, representar a su país, descansar. Y sobre todas las cosas: la sencillez de saber disfrutar.